Greenpeace lleva adelante en la actualidad, muchas iniciativas en todo el planeta con el objetivo de generar conciencia en las personas y gobiernos, acerca de la importancia de la conservación de las ballenas para el futuro de la humanidad y para paliar el cambio climático.
La lucha para salvar a las ballenas no da tregua. La necesidad de accionar es urgente y Greenpeace se ha abocado a ello con todas sus fuerzas. Si bien, a nivel internacional una legislación prohíbe su caza comercial así como también la comercialización de cualquier producto realizado en base a su aprovechamiento, tres países del planeta han hecho oídos sordos a esta ley. La realidad indica que hoy , Japón, Islandia y Noruega continúan con su actividad de caza comercial.
Se estima que en total , estos tres países cazan alrededor de 1,000 ballenas cada año con fines comerciales. Esta situación llegó a su punto más álgido en la primera mitad del siglo XX, cuando la ballena azul fue casi exterminada, producto de las acciones depredadoras de la caza comercial.
A pesar de las continuas intervenciones de los Estados Unidos y de los países miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para disuadir a este trío de naciones de la caza comercial de ballenas , lamentablemente, no se ha podido lograr esta meta aún.
El impacto del cambio climático en los hábitats marinos
Los factores que ubican a las ballenas en serio riesgo de extinción son en la actualidad numerosos. No sólo siguen peligrando por las actividades relacionadas con la caza comercial sino que además, el aumento de la temperatura de los océanos y la pérdida del hielo Ártico y el Antártico están afectando gravemente sus hábitats y sus fuentes de alimentación.
Ocurre que las grandes zonas donde se encuentran las diminutas plantas y animales marinos que son su fuente principal de alimentación, van menguando a medida que el cambio climático aumenta la temperatura del agua de los océanos. Esto implica que, por ejemplo, las ballenas jorobadas y azules, tengan que recorrer distancias mucho más grandes para buscar su alimento.
A nivel global, el cambio climático ha afectado de modo considerable la cantidad de alimento disponible en los mares del Atlántico Norte, lugar donde la ballena franca se alimenta y reproduce.
La amenaza de la industria marítima
Es frecuente que acontezcan coincidencias accidentales entre las rutas marinas comerciales y los hábitats naturales de las ballenas, hecho que ha sido motivo de grandes pérdidas para las poblaciones de ballenas. Gran parte de las rutas marítimas más transitadas del mundo atraviesan las zonas del océano donde las ballenas viven.
Durante largos períodos de tiempo , las ballenas se instalan en determinadas zonas para reproducirse, dar a luz o amamantar a sus crías . En estos mismos lugares ocurren las colisiones con embarcaciones, enredos en las redes de pesca , que sumado a la contaminación plástica , diezman a los cetáceos.La poca conciencia y la falta de interés para remediar esta situación se traduce en poca o nula voluntad política para abordar esta problemática que pone en jaque a las ballenas hoy.
El desconocimiento del rol significativo que las ballenas cumplen a nivel ambiental va acompañado de la falta de iniciativas concretas, mientras que la situación se va agravando en el tiempo y ya no puede postergarse por lo precaria y urgente.
Generar conciencia global de una problemática que no puede esperar.
Greenpeace , se ha enfocado en el trabajo denodado y sin tregua desde sus inicios, para proteger a las ballenas . Mediante centenares de campañas de concientización intenta convencer al mundo de la importancia de prohibir la caza comercial . Los voluntarios y activistas trabajan duramente por preservar la vida de las ballenas y evitar que cada año aumenten significativamente las muertes y lesiones en las ballenas.
En este sentido, muy significativo ha sido el desempeño de Greenpeace en el impulso para la creación del Santuario del Mar de Ross ubicado en el Océano Antártico. Todo el equipo a nivel global, seguirá esforzándose y trabajando para generar conciencia pública acerca de la necesidad de conservar las ballenas a nivel nacional e internacional. Un compromiso clave que será el legado más preciado que como ONG podrá legar a las próximas generaciones.
Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.