En 2015, Vreni Häussermann descubrió uno de los eventos de mortandad de ballenas más letales de los últimos tiempos. En los fiordos de la Patagonia chilena, encontró 337 cetáceos sin vida, y cree que las pérdidas fueron aún mayores. Los animales murieron como consecuencia de la Marea Roja, fenómeno que se produce por la contaminación y el cambio climático, entre otros factores.

Vreni Häussermann nació en Alemania, pero eligió vivir en Chile por la fascinación que le genera su biodiversidad marina. Es la directora del Centro Científico Huinay y desde hace décadas estudia la flora y la fauna de los fiordos de la Patagonia chilena. También es la responsable del hallazgo de uno de los eventos de mortandad de ballenas más graves de los últimos tiempos. 

De Alemania a Chile

Su nombre es Verena Häussermann, aunque es más conocida como Vreni. Nació en Alemania y estudió en la Universidad de Múnich. En 1994, se le presentó una oportunidad que, sin saberlo, cambiaría su vida para siempre: tuvo la posibilidad de acceder a un programa de intercambio y de estudiar un año en Concepción, Chile.

Llegó al país sudamericano en 1994 y continuó con sus estudios de biología en la Universidad de Concepción. Su fascinación por la biodiversidad marina de Chile la llevó a volver años más tarde.

Hacia 1997 regresó con la idea de quedarse por medio año junto a Günter Försterra, compañero de investigación que luego se convertiría en su marido. Ambos recorrieron parte de la costa buceando en distintos tramos. Y fue entonces cuando se enamoraron de la Patagonia chilena y decidieron que se instalarían en el país para vivir y trabajar. 

Desde entonces, Vreni se destaca como una de las científicas más importantes de Chile. Es directora del Centro Científico Huinar y trabaja como investigadora asociada de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Concientización

Häussermann y Försterra descubrieron más de 100 especies marinas nuevas. Ambos trabajan con el objetivo de revelar los muchos secretos que aún se esconden debajo del agua. Al mismo tiempo, se centran en concientizar sobre la importancia de proteger los ecosistemas en cuestión. 

La científica nacionalizada chilena sostiene que la biodiversidad marina de la Patagonia se encuentra en peligro por varios factores, entre ellos la contaminación, la pesca industrial y el cambio climático. 

Indica que el crecimiento de la actividad salmonera en la región afectó de forma significativa a la flora y la fauna. Los cambios drásticos en la biodiversidad responden a su vez a fenómenos naturales como la actividad volcánica, y a otros propios de la acción del ser humano, como el calentamiento global. 

Mortandad de ballenas

Häussermann también es famosa por haber sido la responsable del descubrimiento de uno de los eventos de mortandad de ballenas más letales de los últimos tiempos. Fue en 2015, cuando 337 cetáceos fueron hallados sin vida en los fiordos del Golfo de Tres Montes. 

Vreni se dirigía a una expedición de buceo en la Península de Taitao. En uno de los fiordos, encontró 25 ballenas muertas, lo que le generó sorpresa ya que el sitio no era tan grande. 

La bióloga recuerda que, en una playa de 100 metros de extensión, había 7 cetáceos muertos y uno flotando. Entonces puso en alerta a la Subsecretaría de Pesca, pero pasado un tiempo decidió seguir investigando por cuenta propia ante la inacción del organismo.

Junto a Carolina Gutstein, sobrevolaron la región en una avioneta privada. Pasaron por un fiordo que no se había revisado y comprobaron que la tragedia era mayor: allí había 155 ballenas muertas.

Hicieron lo propio en Seno Escondido, un sitio de difícil acceso, y hallaron 80 cetáceos más. Años después, Vreni cree que las pérdidas fueron mayores, por las características propias del evento de mortandad y por el hecho de que quedaron regiones sin revisar. 

Una oportunidad única

La investigación realizada reveló que las ballenas murieron como consecuencia de la Marea Roja. El episodio, en palabras de Vreni, es producto del cambio climático y de la contaminación. La científica también agregó que se trata de un fenómeno que se expande a lo largo del mundo y que se presenta cada vez con mayor frecuencia. 

Alejándose del evento de mortandad, Häussermann explica que siempre encuentran ballenas sin vida, porque en la zona en la que trabajan viven miles de cetáceos. En este sentido, enfatiza en la importancia de centrarse en el estudio de los ejemplares vivos.

La bióloga explica que la presencia de las ballenas en la región responde en parte a que hay una importante cantidad de camarón de fiordo, que les sirve como fuente de alimentación. Sin embargo, la información que existe al respecto es aún escasa. 

Para los investigadores, se trata de una oportunidad única para estudiar a las ballenas. A su vez, un mayor conocimiento sobre las distintas especies es clave para la conservación de los cetáceos y de los ecosistemas que habitan.