Con Greenpeace descubrimos que el  depredador más letal del mar no es el tiburón blanco, sino el plástico. Hoy es urgente tomar medidas para luchar contra una contaminación creciente de los océanos por este material y conservar la biodiversidad marina.

Todos somos sensibles a la belleza de la naturaleza. ¿Cómo no sentir asombro,respeto ante la maravilla natural que es una ballena?. Sin dudas, es  una de las especies más emblemáticas del planeta y una de las más necesarias para su conservación.

Gracias a los estudios de los biólogos marinos, se pudo conocer a esta especie en profundidad. Y,  gracias a ellos, se han podido diseñar una serie de medidas que el hombre debería adoptar para frenar el deterioro de su calidad  de vida. Proteger a las ballenas es importante para poder mantener océanos saludables para la vida en su conjunto. Estos animales son los que fertilizan los ecosistemas marinos e incluso nos ayudan a combatir la crisis climática. Hoy, se conoce que  en promedio, a lo largo de su vida, una ballena capta de la atmósfera y almacena en su cuerpo la misma cantidad de carbono que el equivalente a 1,500 árboles.

La salud de las ballenas también es un termómetro clave para conocer el estado de salud de los océanos. Y hoy , su creciente deterioro pone en evidencia la gravedad de las consecuencias de la contaminación por el “depredador” más mortífero del mar en la actualidad: los plásticos vertidos al mar.

No es novedad ver cómo los desechos plásticos contaminan  las playas, las costas y todos y cada uno de los rincones del océano. El problema es que el hombre se ha ido acostumbrando a coexistir con esta situación. Lamentablemente , se ha alcanzado un nivel peligroso,  amenazando la vida silvestre marina e incluso ya se evidencia la presencia de plástico  en los mariscos que comemos. Este material  está asfixiando nuestros océanos y eliminando la vida silvestre en las playas del mundo y ha llegado hasta los polos. 

Un freno urgente a la contaminación por plásticos.

La contaminación por plásticos es letal para la vida de los océanos por dos motivos  fundamentales : es ingerida por la fauna marina y causa que los animales se  enreden en ellos de diversas maneras.

Las ONGS como Greenpeace ,de la mano de numerosas agrupaciones e iniciativas de particulares e instituciones, viene presentando peticiones con insistente frecuencia a las autoridades de turno.  Es un hecho ,que se debe alzar la voz de modo urgente  en ayuda a las ballenas y demás animales marinos que padecen por el irresponsable accionar humano.  No se debe cesar en exigir  a los líderes gubernamentales que impidan que los plásticos lleguen hasta nuestros océanos con normativas firmes y urgentes.

Alrededor del mundo, los científicos han calculado que más de 240 especies de vida silvestre, incluyendo las ballenas, han ingerido plástico. Un hecho que más temprano que tarde , les  provocará lesiones internas y la muerte. Un estudio reciente de la vida marina señala que el plástico flexible -como bolsas de plástico y los empaques- es la principal causa de muerte de la fauna marina. Estos ingresan al animal provocándole serias  obstrucciones gástricas. Las ballenas no son las únicas especies dañadas por los desechos plásticos. Los delfines, las tortugas marinas, las aves marinas y los peces de todo el mundo tampoco pueden escapar del flagelo de la contaminación plástica, según los  estudios que proporcionan  cientos de artículos científicos.

Los  “elefantes del mar” o cachalotes, al igual que sus contrapartes terrestres, viven en los océanos en sociedades matriarcales altamente sociales y complejas. Obtienen su alimento del calamar y pasan el 70% de su vida recolectando este alimento en aguas profundas. Los desechos plásticos están afectando fuertemente a esta especie en particular. Las bolsas de plástico, pueden parecer calamares para los elefantes de mar que los consumen y  son la principal causa de muerte en esta especie.

Uno de los tipos de contaminación marina por plásticos más letales son las redes de pesca abandonadas, perdidas o desechadas, comúnmente conocidas como “redes fantasma”. Se calcula que el 10% de la contaminación por plásticos de los océanos del mundo se debe a las  redes y cuerdas de pesca hechas de material  plástico.En promedio, alrededor de  300,000 ballenas, delfines y marsopas se enredan por accidente en ellas y  mueren lenta y dolorosamente por asfixia, inanición o agotamiento.

Los plásticos tardan cientos o miles de años en descomponerse  y su  acumulación contamina los hábitats marinos provocando un serio deterioro de la vida oceánica . Mientras no se tomen acciones urgentes , estos desechos continuarán  diezmando los  importantes recursos alimenticios que provee el mar tanto para las especies que allí habitan como para el ser humano. De continuar su progreso y acumulación, no se podrá frenar la curva progresiva que marca  la  extinción de las especies como son las  ballenas, delfines, aves marinas y tortugas. El compromiso debe ser de todos :gobiernos, empresas, instituciones y particulares. Cada acción realizada en el buen reciclaje del plástico ayuda y es valiosa. Solo queda a todos y cada uno de nosotros el actuar de modo responsable.