Puerto Williams es testigo de una de las causas de muerte natural más común de las ballenas: el ataque por parte de manadas de orcas. Los restos de los cetáceos son rescatados con fines de investigación y exhibición.
Puerto Williams se encuentra en el lado chileno del Canal Beagle y es uno de los puntos más importantes de la región para el estudio de las ballenas. El análisis de varamientos, de la cacería natural por parte de orcas y el avistamiento respetuoso de los cetáceos son algunos de los aspectos de análisis más destacados.
Puerto Williams y el tránsito de ballenas
El Canal Beagle es significativo para las ballenas por varios motivos. En primer lugar, les sirve como fuente de alimentación. Al mismo tiempo, funciona como zona de tránsito para los ejemplares que migran desde las aguas antárticas hacia el norte de Chile, por el Océano Pacífico.
Puerto Williams es una de las ciudades más importantes de la región. Se encuentra en la costa norte de la Isla Navarino y es un sitio en el que se pueden avistar ballenas con frecuencia.
La Capitanía de su puerto trabaja en conjunto con el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca). Ambas organizaciones velan por el cuidado de los cetáceos y de sus ecosistemas, entre otros animales marinos.
En los últimos años, Sernapesca y la Capitanía de Puerto han realizado actividades de monitoreo y observación con el fin de conocer en profundidad a las ballenas jorobadas que se encuentran en las aguas de la región.
El avistamiento se hizo de forma respetuosa, garantizando un acercamiento prudente a los mamíferos marinos y procurando obtener un registro fotográfico y audiovisual con el fin de estudiarlas y realizar un seguimiento a largo plazo.
Los antecedentes de varamientos
En los últimos 20 años, Puerto Williams también se volvió noticia por la cantidad de varamientos de ballenas que se produjeron en sus costas y alrededores.
En abril de 2012, por ejemplo, una ballena varó en las afueras de la ciudad, en el sector de Corrales Viejos. En marzo de 2021, 4 ejemplares aparecieron muertos a pocos kilómetros de distancia entre sí, en la costa de Caleta Eugenia.
Más inusual es lo que ocurrió un mes más tarde, en abril del mismo año. En aquella ocasión, una ballena varó tras ser perseguida por una manada de orcas y fue devorada luego de ser liberada por los mismos animales.
Un ataque inusual
Según los registros, una manada de orcas comenzó a perseguir a un par de ballenas. Una de ellas se acercó mucho a la orilla y quedó varada en aguas poco profundas.
Las orcas notaron que, si se acercaban para comerla, corrían riesgo de quedar atrapadas ellas también. Por eso la ayudaron a liberarse.
Diego Illanes trabaja como Encargado de la oficina de Sernapesca en Puerto Williams. Testigo de los acontecimientos, relató que las orcas jalaron de la cola a la ballena y giraron su cabeza para orientarla mar adentro.
La ballena logró “desvarar” y fue entonces cuando las orcas continuaron con su cometido de alimentarse con el mamífero marino. De acuerdo con Illanes, la operación se extendió a lo largo de varias horas.
Una oportunidad de investigación
A la jornada siguiente, las autoridades lograron recuperar los restos de la ballena. Y aprovecharon para tomar muestras con el objetivo de investigar y estudiar a los cetáceos.
Diego Illanes habló con la prensa y expresó que en estos casos el ser humano no puede intervenir debido a que se trata de la ley de la naturaleza. También reveló que el ataque de orcas es una de las causas de muerte más comunes de las ballenas y que en los últimos años es un fenómeno que se da con frecuencia en la región.
La importancia de generar consciencia
En 2020 había ocurrido un episodio similar: una manada de orcas persiguió a dos ballenas de la especie sei, un ejemplar adulto y uno juvenil.
Los restos del adulto fueron rescatados de manera inmediata. Pero los del juvenil se perdieron, ya que quedó a la deriva al separarse de la madre tras el ataque.
Meses después se encontró el esqueleto en la costa de Puerto Williams. El hallazgo fue informado por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural de la Región de Magallanes.
La organización también comunicó que los restos de ambos cetáceos serían tratados y preparados para ser exhibidos a la comunidad. Uno de los objetivos de la propuesta fue el de generar consciencia de la necesidad de preservar a las ballenas. Y en especial a los ejemplares sei, que se encuentran en peligro de extinción.
Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.