Un código de conducta para la observación de ballenas es un conjunto de normas y recomendaciones que tienen como objetivo garantizar el respeto y la protección de las ballenas y su hábitat, así como la seguridad y la satisfacción de los observadores.
Estos códigos pueden ser elaborados por autoridades nacionales o locales, organizaciones internacionales, asociaciones de operadores o guías, o grupos de investigación o conservación.
Los códigos de conducta para la observación de ballenas pueden variar según el lugar, la especie y el tipo de actividad, pero suelen incluir aspectos como:
- La distancia mínima y máxima a la que se debe acercar a las ballenas, así como el ángulo y la dirección de aproximación.
- El tiempo máximo que se puede permanecer con las ballenas, así como el número máximo de embarcaciones o personas que pueden estar al mismo tiempo.
- La velocidad y el ruido que se debe mantener durante la observación, así como las maniobras que se deben evitar para no molestar o asustar a las ballenas.
- La forma de comunicarse con las ballenas, evitando gritar, alimentar, tocar o nadar con ellas, salvo que esté permitido y supervisado.
- La forma de actuar en caso de emergencia o de comportamiento agresivo o curioso de las ballenas, siguiendo las indicaciones del capitán o del guía.
- La forma de contribuir a la investigación y la conservación de las ballenas, colaborando con los datos e información que se soliciten, o participando en actividades educativas o de sensibilización.
El cumplimiento de estos códigos de conducta para la observación de ballenas es una responsabilidad compartida entre los operadores, los guías, los observadores y las autoridades. Su objetivo es asegurar que la observación de ballenas sea una actividad sostenible y beneficiosa tanto para las personas como para las ballenas.
En Argentina: ¿cuáles son los códigos para la observación de ballenas?
Los códigos de conducta para la observación de ballenas en Argentina son un conjunto de normas y recomendaciones que tienen como objetivo garantizar el respeto y la protección de las ballenas y su hábitat, así como la seguridad y la satisfacción de los observadores.
Según diversos científicos, los códigos de conducta para la observación de ballenas en Argentina varían según el lugar, la especie y el tipo de actividad, aunque suelen incluir otros aspectos como:
- La distancia mínima y máxima a la que se debe acercar a las ballenas, así como el ángulo y la dirección de aproximación.
- El tiempo máximo que se puede permanecer con las ballenas, así como el número máximo de embarcaciones o personas que pueden estar al mismo tiempo.
- La velocidad y el ruido que se debe mantener durante la observación, así como las maniobras que se deben evitar para no molestar o asustar a las ballenas.
- La forma de comunicarse con las ballenas, evitando gritar, alimentar, tocar o nadar con ellas, salvo que esté permitido y supervisado.
- La forma de actuar en caso de emergencia o de comportamiento agresivo o curioso de las ballenas, siguiendo las indicaciones del capitán o del guía.
- La forma de contribuir a la investigación y la conservación de las ballenas, colaborando con los datos e información que se soliciten, o participando en actividades educativas o de sensibilización.
Algunos ejemplos de códigos de conducta para la observación de ballenas en Argentina son:
- El código elaborado por el Instituto de Conservación de Ballenas1, que incluye recomendaciones generales para los operadores, los guías y los observadores, así como normas específicas para cada especie y zona.
- El código establecido por la provincia de Chubut2, que regula la actividad de observación de ballenas desde embarcaciones en la Península Valdés, estableciendo distancias, tiempos, velocidades y otras medidas.
- El código propuesto por Southern Spirit3, una empresa dedicada al turismo sustentable, que ofrece consejos para los observadores sobre cómo prepararse para la excursión, cómo comportarse durante la misma y cómo colaborar con la conservación.
Estos son solo algunos ejemplos de muchos más. El cumplimiento de los códigos de conducta para la observación de ballenas es una responsabilidad compartida entre los operadores, los guías, los observadores y las autoridades.
Su objetivo, como se ha nombrado anteriormente, es asegurar que la observación de ballenas sea una actividad sostenible y beneficiosa tanto para las personas como para las ballenas.
Beneficios que tiene el cumplimiento de estos códigos de conducta
El cumplimiento de los códigos de conducta para la observación de ballenas tiene beneficios tanto para las ballenas como para los humanos. Algunos de los beneficios para las ballenas son:
- Se reduce el riesgo de perturbar o dañar a las ballenas, evitando acercarse demasiado, hacer ruido, tocarlas o alimentarlas. Esto permite que las ballenas mantengan su comportamiento natural y su bienestar físico y psicológico.
- Se protege el hábitat de las ballenas, evitando contaminar el agua, alterar el ecosistema o interferir con otras especies. Esto favorece la conservación de la biodiversidad y los recursos marinos.
- Se fomenta la investigación y el monitoreo de las poblaciones de ballenas, colaborando con los datos e información que se soliciten, o participando en actividades educativas o de sensibilización. Esto ayuda a mejorar el conocimiento científico y a orientar las decisiones de gestión y conservación.
Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.