Greenpeace nos acerca al increíble mundo de las ballenas y su fisiología. Un universo complejo que apenas ha podido ser vislumbrado por la comunidad científica que, a pesar de los grandes esfuerzos que realiza en este sentido, aún sigue siendo en muchos aspectos un gran misterio.

El estudio científico de las ballenas y su particular universo marino , siempre ha presentado grandes desafíos para los estudiosos de esta especie. Los motivos están a la vista :dueñas de un tamaño descomunal y dada la gran extensión del océano que es su hábitat, las ballenas son una especie extremadamente difícil para estudiar en sus aspectos fisiológicos y relacionales.

Con las ballenas, el empleo de los métodos comunes que se utilizan para estudiar a otros animales, como ser la obtención de muestras sanguíneas, son literalmente, imposibles. En su caso, incluso, obtener la información fisiológica más elemental, representa una verdadera hazaña. 

Muchas técnicas para el estudio de las ballenas, se han desarrollado mediante el uso creativo de las mismas. Por ejemplo, partiendo de elementos claves de las ballenas se ha podido extraer, mediante estas técnicas un caudal significativo de información. En esta línea, se ubican los estudios realizados sobre las barbas de las ballenas que han resultado altamente satisfactorios.

Un registro químico que puede ser ‘leído’ en las barbas de las ballenas

Se sabe,por ejemplo,que las barbas de una ballena franca adulta pueden crecer hasta casi los 2 metros de largo y, como su crecimiento es continuo, en ellas queda impreso un “registro químico” de su historia vital. 

En el caso de los ballenatos, se ha podido conocer que en sus barbas se encuentra el registro completo de su historia de vida , incluida parte de la información relativa a su gestación. Mediante el empleo de novedosas técnicas de laboratorio los científicos pueden estudiar las barbas de las ballenas que mueren de modo natural para detectar la presencia de hormonas como el cortisol y la progesterona. Estas hormonas revelan información crucial sobre los niveles de estrés que sufre una ballena y también aportan datos acerca de su fisiología reproductiva.

Por ejemplo, se puede llegar a conocer la frecuencia en la que una ballena ha estado embarazada , mediante la evaluación de los niveles de progesterona presentes en los segmentos de su barba . También se puede conocer cuál ha sido la respuesta (del estrés) frente a las lesiones ocasionadas por enmallamientos, ataques de gaviotas y otros factores que impactaron causando gran estrés a sus organismos. 

El papel crucial de las hormonas del estrés

En la mayoría de los vertebrados, factores de alta consideración como ser lesiones o inanición, producen un aumento en el nivel de la secreción de glucocorticoides u hormonas del estrés (cortisol y corticosterona). Estas hormonas, son las responsables de inducir respuestas fisiológicas y de comportamiento que ayudan a los animales a combatir el factor estresante. 

Sin embargo, cuando el estrés se transforma en crónico puede superar la capacidad de respuesta de la ballena para hacer frente a la situación generadora del estrés y, por ello, afectar de modo negativo su salud,su capacidad para reproducirse llegando incluso a poner en riesgo su propia vida.

El estudio de las barbas de la ballena se realiza cuando una ballena muere y el equipo de investigación procede a realizar una necropsia. Durante el procedimiento se extraen las barbas y todo tipo de muestras de tejidos para su análisis. Con estas piezas puntuales, se obtiene información de los patrones hormonales, ya que a medida que la barba ha ido creciendo, las hormonas que circulaban en sangre se fueron depositando en forma secuencial en este tejido puntual.

En el caso de las muestras obtenidas en las ballenas francas del Atlántico Norte (Eubalaena Glacialis), y en las ballenas de Groenlandia (Balaena Mysticetus), mediante el estudio de los glucocorticoides u hormona del estrés presente en las barbas , se ha observado que en momentos que coinciden con situaciones en las que el animal fue expuesto a factores de estrés documentados, como enmallamientos en redes de pesca o períodos conocidos de enfermedades, el nivel de estrés ha sido extremadamente elevado. Los glucocorticoides también se han detectado en niveles muy altos durante los estados energéticamente costosos, como ser el embarazo, la lactancia y la temporada reproductiva para los machos adultos.