Los científicos y biólogos marinos del ICB , el instituto de Conservación de Ballenas, alertan acerca de la preocupante situación que atraviesan las poblaciones de ballenas en el Atlántico Sur . Las altas cifras de mortalidad relevadas demuestran una alza en los decesos. Un escenario que trae tristeza y gran preocupación por el futuro de la ballena franco austral.

“Las ballenas están muriendo frente a nuestros ojos y no podemos ayudarlas” lanzan los investigadores del ICB, que tienen a su cargo el programa de monitoreo de la Ballena Franco Austral en Península de Valdés. A esta conclusión, han llegado los científicos y biólogos marinos, luego del estudio de relevo que realizan cada temporada como parte del programa de conservación que el Instituto lleva adelante desde hace largas décadas para el cuidado y conservación de la especie. 

El estudio verificó la muerte de 20 ballenas Francas Australes. La mayoría, 13 de ellas, son hembras y el resto se trata de crías  que han muerto por falta de alimento. Un resultado desolador que no se esperaba el equipo, pero que sin embargo, pasado el impacto dicen los investigadores , debe servir para redoblar los esfuerzos y buscar la ayuda y la cooperación necesaria para elaborar nuevas estrategias que sean capaz de revertir o propiciar las condiciones para que el escenario se vuelva apto para la vida de las ballenas. 

“Las aguas del Golfo San Matías siempre fueron un área marina donde el alimento estuvo disponible para las ballenas, sus crías y muchas otras especies que integran la fauna marina. Que hoy día , este lugar se haya convertido en un páramo se debe a múltiples factores pero 2 son clave : la sobrepesca y el calentamiento de las aguas”explican fuentes del ICB. “El medio marino y sus ecosistemas son más frágiles de lo que nos imaginamos. Tienen su propio equilibrio y cualquier alteración que los afecte de modo prolongado , muchas veces les infringe a ciertos organismos marinos, una incapacidad de recuperarse a tiempo y mueren. Este es el caso del fitoplancton, el principal alimento de las ballenas que se ve muy afectado por el creciente aumento de la temperatura de las aguas. Y , debido a ello, mueren. Las ballenas requieren toneladas de fitoplancton cada día y evidentemente, no lo están pudiendo hallar” refieren los científicos acerca de la alarmante mortalidad de ballenas.

El impacto a futuro en la especie 

Para los científicos que realizaron el estudio, esta alarmante situación impactará de modo negativo en la recuperación de una especie que se encuentra en un estado altamente vulnerable por las múltiples amenazas que enfrenta a diario en el medio marino. Y , esta situación que evidencia una muy alta tasa de mortalidad se cree ocasionará un fuerte retraso en los procesos reproductivos de la especie. La situación se agrava más, cuando la muerte se da en ballenas hembras que están amamantando dado que su muerte provoca también la muerte de las crías qué, una vez que quedan huérfanas que no tienen manera de alimentarse por sí mismas . Esto se puso en evidencia en el dato de que de las 45 ballenas encontradas sin vida, 25 eran crías nacidas durante la presente temporada, 7 jóvenes (probablemente nacidos el año pasado) y 13 individuos adultos.

En la publicación del ICB, los biólogos enfatizan que “los casos relevados de una elevada mortalidad de ballenas adultas ocurridos en una misma área, en un lapso de tiempo corto, pueden ser claras señales de que diversos factores ambientales locales pudieron haber contribuido de manera clave en esa alta tasa de mortalidad. Debemos profundizar ahora, en el estudio del medio marino local para poder ir más a fondo en el hallazgo de las causas de tan alta tasa de mortalidad” indican

La preocupación de los científicos es muy alta “porque las ballenas muertas, en su mayoría son hembras;y, estamos ante un hecho atípico e inusual, que implica un gran desgaste para la especie porque una hembra necesita largos años de crecimiento para lograr el desarrollo adecuado para convertirse en un adulto con capacidad reproductiva”. 

Esta situación, para los biólogos, amenaza sin dudas el crecimiento de la especie a futuro. Y agrava el escenario porque además, la población de ballenas francas australes viene recuperándose a paso lento en un medio marino que le presenta grandes desafíos y se ha vuelto muy hostil. Aunque, afortunadamente y desde el año 2000, el crecimiento se dio en un porcentaje del 7 % anual, acontecimientos como este hacen peligrar su restablecimiento y recuperación .