Hace 4 años que no se registran avistamientos de Migaloo. Hace un año, apareció un ejemplar sin vida y de color blanco en las costas de Australia. Sin embargo, los investigadores determinaron que se trataba de otra ballena.

El de las ballenas albinas es uno de los fenómenos más singulares de la naturaleza. Hay muy pocas a lo largo del mundo y una de ellas es Migaloo. Se trata de un ejemplar jorobado macho que fue visto por primera vez en 1991. Es todo un ícono de Australia y es uno de los cetáceos más famosos de los últimos tiempos.

Migaloo y el fenómeno del albinismo

National Geographic explica que esta condición se debe a un trastorno genético que se manifiesta a través de una reducción o ausencia completa del pigmento melánico.

El albinismo no se presenta solo en los mamíferos: también lo hace en animales como aves o reptiles. En el caso de las ballenas, el fenómeno sorprende más por la poca cantidad de ejemplos que existen y por el atractivo que genera debido al tamaño de los cetáceos.

La historia más resonante de todas es la de Migaloo. Fue vista por primera vez en 1991 en las costas de Byron Bay, hacia el este de Australia. Con el correr de los años, se dejó ver en muchas ocasiones. Y se volvió un ícono del país: llegó a tener miles de seguidores en una cuenta de Twitter que le crearon y es protagonista de cientos de noticias.

¿Qué se sabe sobre esta ballena albina?

Se la conoce con el nombre de “Migaloo” porque es una palabra que en un lenguaje aborigen significa “chico blanco”.

En 2004, investigadores le realizaron pruebas cutáneas que confirmaron que se trata de un macho. Además, se especula que nació hacia 1986.

Es una ballena jorobada y sus rutas migratorias van desde la Antártida hacia Australia. Mide unos 14 metros de longitud y tiene un peso aproximado de 35 toneladas.

¿Por qué se pensó que había muerto?

En julio de 2022, la población australiana se conmocionó ante un triste hecho: una ballena jorobada de color blanco apareció sin vida en las playas de Mallacoota, Victoria.

Lo primero que se pensó fue que se trataba de Migaloo. Sin embargo, con el correr de los días se llegó a la conclusión de que era otro ejemplar de jorobada.

En primer lugar, el cuerpo sin vida pertenecía a una hembra. Su longitud (10 metros) era menor a la de Migaloo y también era más joven: aún no llegaba a la adultez.

El otro descubrimiento importante es que no era una ballena albina: lo que ocurrió fue que la pigmentación de su piel desapareció producto de la exposición prolongada al sol en el lugar donde yacía.

¿Dónde está Migaloo?

La aclaración de este hallazgo no calma otra inquietud: la de que hace más de 4 años que no se tienen avistamientos de Migaloo.

La investigadora Vanesa Pirotta aporta calma al indicar que existen evidencias de ballenas que no se han dejado ver en 35 años. Sin embargo, es la primera vez que este cetáceo albino desaparece por tanto tiempo.

Esta científica marina realizó una recopilación que enumera cada uno de los encuentros con la ballena, ya sean confirmados o posibles. En total son 106 y, hasta el actual, el único período sin avistamientos se había dado entre 2001 y 2002. 

En junio de 2023 se produjo un avistamiento que llevó a preguntarse si podría tratarse de Migaloo. La propia Pirotta expresó que las imágenes no permitían confirmarlo y recordó que este no es el único ejemplar albino de la población de jorobadas de Oceanía.

Los motivos de preocupación

La existencia de un ejemplar como Migaloo es positiva para los científicos porque, al ser de color blanco, simplifica las tareas de seguimiento e investigación. En otras palabras, es más fácil de observar y esto contribuye al estudio de la especie.

Su sorpresiva ausencia también es motivo de curiosidad. Los investigadores se preguntan si el cambio de comportamiento se debe a alguno de los tantos flagelos que afectan a las ballenas, entre ellos la contaminación química y sonora, la pesca ilegal y las colisiones con los barcos.

Una ballena protegida por la ley

Australia prohíbe acercarse a Migaloo a menos de 500 metros en agua. Para los sobrevuelos, la distancia debe ser mayor a los 600 metros. La multa para quienes no cumplan con la ley es de unos 16500 dólares australianos. 

Las facilidades que ofrece de cara a la investigación científica justifican la protección a este cetáceo. Sin embargo, es fundamental aclarar que el hecho de que tenga una pigmentación especial no es motivo para que reciba un trato diferencial.

La conservación es un trabajo que debe incluir a todas las ballenas, en especial a aquellas que se encuentran en peligro crítico de extinción. Luchar por sus hábitats y sus ecosistemas es también una necesidad en tiempos de crisis climática global.

🐋 Migaloo es la ballena albina que cautiva los corazones de Australia. Fue vista por primera vez en 1991 y desde hace 4 años que no se tienen registros: ¿dónde se encuentra ahora?

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