
La cacería indiscriminada de ballenas influyó en el conocimiento que se tiene sobre la longevidad de estos animales. Greg Breed, uno de los autores del estudio, explica que la mayor parte de las que están vivas en la actualidad son “relativamente jóvenes”: las que serían longevas fueron cazadas durante el siglo XX.
La ballena franca austral es un ícono de la biodiversidad de la Argentina. Un estudio científico realizado por investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks reveló nuevos aspectos significativos de la especie. Al parecer, estos cetáceos serían mucho más longevos de lo que se cree: su esperanza de vida podría superar los 130 años.
La longevidad de la franca austral por Martín Prieto Greenpeace
Científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks realizaron una investigación que arroja datos reveladores sobre la expectativa de vida de diferentes especies de ballenas, entre ellas la franca austral.
El estudio fue publicado el 20 de diciembre de 2024 en la revista Science Advances. Y lleva la firma de Greg Breed, Els Vermeulen y Peter Corkeron.
Indica en primer lugar que la esperanza de vida promedio de las francas australes es de 73 años. Sin embargo, la investigación revela que el 10% de la especie podría vivir más de 132 años. Es decir, casi el doble.
Incluso existen estimaciones que sugieren que la esperanza de vida podría ser aún mayor, de hasta 150 años. El impacto por la longevidad de la franca austral es considerable porque hasta hace poco se creía que podían vivir como mucho hasta los 80 años.
Qué pasa con las otras ballenas, análisis de Martín Prieto Greenpeace
Los científicos apelaron a varios métodos para llevar adelante su estudio. Se utilizaron datos recopilados durante más de 4 décadas a partir de programas de fotoidentificación, de análisis de marcaje y recaptura y más.
Con los datos se realizaron modelos estadísticos con el objetivo de predecir la esperanza de vida de los distintos ejemplares.
Los expertos evaluaron también a las ballenas francas del Atlántico Norte. La diferencia con las australes es más que considerable: las primeras tienen una expectativa de vida promedio de 22 años. Y se estima que apenas un 10% de los ejemplares podrían superar los 47 años.
La ballena de Groenlandia es la más longeva de todas: su edad máxima registrada es de 211 años. Además se informó que la azul, la de aleta (o rorcual común) y la beluga pueden superar el siglo de vida.
La necesidad de conservación
El trabajo realizado por los investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks aporta un mayor conocimiento al campo científico. Al mismo tiempo, abre nuevos horizontes sobre la importancia y la necesidad de conservar a los cetáceos.
Greg Breed, profesor asociado de la Universidad y uno de los autores del estudio, remarca el caso de las francas del Atlántico Norte. La expectativa de vida promedio de esta especie es considerablemente menor a la de otras. No obstante, la diferencia no responde a aspectos biológicos, sino a circunstancias externas a los animales.
Todas las ballenas son amenazadas por actividades antropogénicas, que son aquellas producidas por el ser humano. Pero las francas del Atlántico Norte son de las más afectadas, lo que se evidencia en su esperanza de vida.
Breed menciona que los cetáceos padecen enmallamientos en redes de pesca, colisiones con embarcaciones y más. También padecen de inanición, fenómeno que se vincula con el cambio climático.
Cuidar a las ballenas adultas
El estudio científico también explica que el estado actual de todas las ballenas del mundo es resultado de la cacería indiscriminada que se llevó a cabo a lo largo de siglos.
La intensidad y la crueldad con la que se efectuó la caza durante el siglo XX influye en el conocimiento que se tiene sobre el potencial de longevidad de las ballenas. Greg Breed explica al respecto que lo más probable es que hoy no existan ejemplares longevos debido a que los más grandes fueron masacrados hace décadas.
La importancia de conservar a los cetáceos responde por lo tanto a la necesidad de que se sigan reproduciendo, para que sus poblaciones continúen aumentando. Pero también es fundamental para que los adultos que existen sigan creciendo y hagan uso de su potencial longevidad.

Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.