En los últimos años, la cantidad de ballenas que navegan por el Canal Beagle ha aumentado. Un fotógrafo realiza tareas de foto identificación: registra a los cetáceos con el objetivo de poder individualizarlos y estudiarlos.

Las aguas que bañan Ushuaia, en Tierra del Fuego, reciben la visita de distintas especies de ballenas. Los impactantes escenarios naturales hacen de la región un atractivo imperdible para el avistamiento. Al mismo tiempo, se destaca el potencial de la zona para la investigación científica y la toma de conciencia sobre los riesgos que corren los cetáceos de todo el mundo.

El avistaje en el fin del mundo

Ushuaia, Tierra del Fuego, es uno de los tantos atractivos turísticos que presenta la Argentina. En las aguas del Canal Beagle se puede apreciar la enorme diversidad de flora y fauna que presenta la región.

Es frecuente la presencia de lobos marinos y distintas especies de aves. También, durante buena parte del año, se pueden observar ballenas cerca de las costas del territorio argentino.

La jorobada, la Minke y la Sei son las especies que navegan por las aguas de la región. Lo hacen durante el verano y el otoño boreal, entre los meses de diciembre y abril, a veces hasta mayo.

Visitan el Canal Beagle durante sus movimientos migratorios. Algunos ejemplares lo hacen durante sus viajes al sur, hacia las aguas de la Antártida, en busca de alimento. Otros, mientras se dirigen al norte, hacia aguas más cálidas donde reproducirse y criar a sus ballenatos.

Algunas ballenas se pueden ver incluso desde la costa, sobre tierra firme. También hay operadores turísticos locales que organizan excursiones para avistar a los cetáceos en el agua apenas a metros de distancia.

Un fenómeno que crece

Turistas, habitantes locales e investigadores sostienen que, en los últimos años, la observación de ballenas en las aguas del Canal Beagle se ha vuelto cada vez más frecuente. Y es algo que ocurre tanto en territorio argentino como en el sector chileno.

Gabriel Leiva Muñoz es fotógrafo y capitán deportivo costero. Y es conocido por su trabajo al registrar en imágenes a las distintas ballenas de la región.

Lo hace por la pasión que siente por los cetáceos y por algo aún más importante: por el poco conocimiento que se tiene de los ejemplares.

Que haya mayor presencia de ballenas en la región implica la existencia de ejemplares de los que no se tienen registros. Leiva Muñoz lleva adelante una tarea de foto identificación: fotografía a los cetáceos centrándose en sus aletas, que tienen patrones únicos que permiten individualizarlas.

Realiza su trabajo en aguas argentinas y chilenas, tanto en el Canal Beagle como en el Canal Murray. Gracias a su material, los investigadores cuentan con información que permite hacer un seguimiento individual de cada cetáceo, conocer el estado de salud y estudiar fenómenos como los movimientos migratorios, entre otras cosas.

Un flagelo frecuente

El propio fotógrafo expresó que los trabajos de investigación son necesarios para preservar a las ballenas y defender su legado. Son acciones a largo plazo que, en las aguas del Canal Beagle, se complementan con otras de carácter más urgente.

Los enmallamientos son una de las causas de muerte de ballenas más frecuente a nivel mundial. Hace unos años, se encontró un ejemplar en las cercanías de la Isla Bridges que estaba atrapado en redes y prácticamente inmovilizado.

El hecho ocurrió a comienzos de 2022. Un ciudadano avistó a la ballena en la superficie del agua, enredada en cabos de pesca, y se comunicó con emergencias náuticas.

Personal de Prefectura Naval Argentina organizó un operativo con una lancha rápida y botes semirrígidos. También participaron nadadores de rescate y deportistas náuticos locales que se hallaban presentes en la zona.

El mamífero marino estaba imposibilitado de desprenderse de los cabos por sus propios medios. La operación duró horas, pero fue exitosa: el ejemplar finalmente fue liberado y siguió su rumbo por el canal.

La presencia cada vez mayor de ballenas en Tierra del Fuego es una invitación para disfrutar de su avistamiento. También es un llamado a la acción y a la toma de conciencia: de los riesgos que corren y de la importancia de apoyar la investigación científica con el fin de conservarlas.