Según las búsquedas, las primeras ballenas que aparecieron fueron los arqueocetos. Estos evolucionaron hace más de 50 millones de años a partir de los animales terrestres con pezuñas.

El primer antepasado de las ballenas fue pakicetus. A partir de él se originó Ambulocetus. Luego, se desarrollaron los remingtoncétididos y a continuación llegaron los protocétidos.

Por último, apareció el grupo de arqueocetos que fueron los basilosáuridos. Estos, eran ballenas que tenían 4 patas y se movían como si fueran nutrias gigantes. De estas ballenas se han encontrado algunos fósiles en India, Pakistán, Perú y otros lugares más.

Esencialmente, las ballenas son mamíferos marinos que pertenecen al grupo de los cetáceos y hoy en día existen dos tipos: las ballenas misticetas o ballenas barbadas, que son las que se alimentan por filtración, y por otro, las odontocetas o ballenas dentadas: los delfines y los cachalotes.

Pero el gran interrogante es cómo surgieron estas increíbles criaturas y de dónde provienen. Para conocer más y responder a esas preguntas es necesario viajar al pasado, a más de 50 millones de años cuando la tierra era muy diferente a como se la conoce ahora.

Así fueron evolucionando las ballenas

En esa época, los continentes estaban separándose. El clima era más cálido, los dinosaurios ya se habían extinguido y, los mamíferos comenzaban a diversificarse para ocupar diferentes nichos ecológicos.

Entre todos esos mamíferos existía un grupo de animales terrestres que tenían pezuñas. Eran muy parecidos a los perros o a los cerdos actuales. Vivían cerca del agua y se alimentaban de los peces como también de otros animales acuáticos.

Estos animales se fueron adaptando progresivamente al medio acuático. Así es que fueron desarrollando ciertas características que les permitieron nadar mejor y sumergirse por mucho más tiempo.

De esta manera nacieron las primeras ballenas, más conocidas como arqueocetos. Estos eran muy distintos a las ballenas que se conocen actualmente. Tenían 4 patas, dedos y cascos. También, una cola larga sin aleta y el hocico alargado con varios dientes afilados.

Algunos de ellos llegaban a alcanzar hasta 18 metros de longitud. Se movían como si fueran nutrias gigantes mientras usaban sus patas traseras para impulsarse en el agua y las patas delanteras para dirigirse.

Conseguían salir del agua y luego caminar por la tierra. Sin embargo, cada vez lo hacían menos. De esta manera, los arqueocetos se fueron diversificando en varios grupos y cada uno con sus propias adaptaciones.

El primer antepasado de las ballenas fue pakicetus. Este vivió hace unos 50 millones de años en lo que hoy es se conoce como Pakistán. Su tamaño era como el de un lobo con un oído especializado para captar los sonidos debajo del agua.

A partir de esta especie se originó el ambulocetus. Vivió hace unos 48 millones de años. Tenía el aspecto de un cocodrilo, podía nadar tanto en las aguas dulces como saladas y cazar tanto en la superficie como en el fondo del mar.

Luego se desarrollaron los remingtoncétididos. Estos vivieron hace unos 47 millones de años. Tenían una forma mucho más alargada y la cola más flexible. Se veían muy ágiles en el agua y hasta podían girar rápidamente para atrapar a sus presas.

Después llegaron los protocétidos. Estos vivieron hace unos 45 millones de años. Tenían una distribución más amplia. Algunos de esta especie llegaron hasta África y América del Sur. Su cuerpo era bastante más robusto con una cola más corta. Mientras que sus patas traseras se redujeron, sus patas delanteras se transformaron en aletas.

Ya el último grupo de arqueocetos fueron los basilosáuridos. Estas especies vivieron hace unos 40 millones de años. Fueron quizás los más parecidos a las ballenas que se conocen actualmente.

Con un cuerpo mucho más largo y delgado. La cola con una pequeña aleta y sus patas traseras vestigiales. Pasaron a ser los depredadores más grandes de esa época que llegaban a sumergirse hasta 500 metros de profundidad.

A partir de esta especie es que se originaron las dos divisiones de ballenas actuales y modernas: las misticetas y las odontocetas.

Así queda demostrado que las ballenas son un ejemplo fascinante de evolución. Muestran que se hizo posible que un grupo de animales terrestres se convirtiera en los reyes de los océanos. Su historia revela la diversidad y la complejidad de la vida en el planeta.