Greenpeace alienta la lucha de los científicos marinos en pos de preservar a las ballenas de su extinción. La clave está en difundir el rol vital que desempeñan las ballenas contra el cambio climático.

Hoy día sabemos que las ballenas son las criaturas más grandes e inteligentes del océano. También sabemos que son una de las especies , entre tantas otras, que corren serios peligros de extinción. Pero muchos, no saben de la vital importancia del rol que cumplen las ballenas para mitigar el cambio climático. Por ello, preservar y cuidarlas implica hoy día, proteger el planeta de su autodestrucción. 

La toma de conciencia global para la conservación de las ballenas comenzó en la década de 1970, cuando se prohibió a nivel mundial su caza. Hasta ese momento, y a lo largo de todo el siglo XX, se las había perseguido y cazado de modo indiscriminado. Este hecho dejó a la especie en estado crítico, mermando de modo alarmante su población. Incluso, hoy día, muchas de ellas aún no se han restablecido del todo. Pero, el coto a la caza impuesto vía legislación permitió que poco a poco comenzaran a dejarse ver donde antes apenas si eran avistadas. 

Gracias a esta recuperación de su población, es posible , si se toman medidas conjuntas ante otras importantes amenazas ,que las ballenas puedan sostener su índice de crecimiento en el tiempo.

Ana García Cegarra, bióloga marina y fundadora del Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos de Antofagasta, es firme en sostener que “la naturaleza tiene una capacidad de recuperación muy alta y sorprendente. Tan sólo es limitar la acción destructiva del hombre y dejar que la naturaleza se sane a sí misma. Los hombres pueden cooperar en acciones concretas como ser controlar las emisiones de dióxido de carbono; cambiar ciertos hábitos y legislar con normativas que frenen un poco la contaminación y la sobreexplotación de recursos . También frenando la deforestación, la naturaleza sí tendría en el largo plazo la capacidad de mantenerse y recuperarse en cierta parte o ciertos ámbitos”. 

Ganar la lucha contra el cambio climático aumentando la población de ballenas.

La dra García Cegarra, lidera una serie de iniciativas en las redes sociales para hacer llegar al público común un conocimiento a nivel científico del rol natural anti-calentamiento global que desempeñan las ballenas. Un servicio gratuito que la naturaleza nos brinda, a modo de higiene ambiental y limpieza del aire de las emisiones de dióxido de carbono. Esta campaña tiene como motivación generar conciencia acerca de la necesidad de más y crecientes iniciativas para la conservación de las ballenas.

En ellas, el mundo de hoy encuentra una importante solución natural al cambio climático. Las ballenas durante su vida, capturan toneladas de carbono y reducen el CO2 de la atmósfera. Este proceso biológico que hacen de modo natural, una vez que mueren, se llevan con ellas al fondo del océano todo CO2 acumulado en su cuerpo. Otro factor de importancia, radica que en donde hay poblaciones de ballenas existe mucho fitoplancton, un conjunto de microorganismos que son los encargados de producir al menos el 50% de todo el oxígeno de nuestra atmósfera.

El desafío de proteger a las ballenas que aún hoy son una especie vulnerable 

A los esfuerzos de la comunidad científica , debe sumarse el fuerte compromiso de los gobiernos en pos de tomar medidas y hacer que se respeten. En el caso de los individuos particulares, todos pueden apoyar de modo económico los proyectos que se están realizando para salvaguardar a las ballenas y concientizar acerca de su rol como depuradoras de la atmósfera.

Las ballenas figuran en la ‘Lista Roja’ de las especies vulnerables. Ello implica que tras varias décadas de protección a nivel global, ocho de las trece grandes especies o están peligro o son vulnerables. Los biólogos marinos estiman que hay poco más de 1.3 millones de ejemplares en el océano, una cuarta parte de lo que solía haber antes de desatarse la caza feroz de auge de esta especie

Para la efectiva protección de los cetáceos, debemos hacer que se tome conciencia de los principales peligros y amenazas que sufre la población de ballenas en la actualidad. Su visibilización es el primer paso para la acción. Por ello aquí detallamos los peligros a los que se enfrentan en su día a día : 

  • La caza descontrolada .Esta actividad es lo que más daño le inflige a la especie.
  • Las redes de pesca que al flotar en los océanos son ingeridas por las ballenas. Esto les causa un daño severo a su organismo y muy frecuentemente la muerte.
  • El tráfico marino provoca que los barcos no se alerten de su presencia provocando colisiones que las hieren de gravedad o matan.
  • La contaminación plástica de las aguas de los mares y océanos. Esos desechos van a parar a los estómagos de las ballenas.
  • El calentamiento de las aguas, que deriva en temperaturas más cálidas y en el derretimiento del hielo marino en las regiones polares. Un hecho grave que hace peligrar las principales fuentes de alimento que tienen las ballenas de gran porte. 
  • Y el aumento de la radiación ultravioleta sobre el manto océanico disminuye la población de krill que es esencial para su supervivencia alimentaria.

Como concluye la dra García Cegarra, el papel del hombre respecto al medio ambiente y con respecto a las ballenas en particular, debiera ser claro y contundente: “Nuestra obligación moral debería ser aportar, sumar vida, conservar, sanar y proteger: estar aquí para hacer la diferencia, no para quitar”.