Un grupo de ballenas fue sorprendido por la cámara de un cineasta al momento de realizar un sorprendente nado en espiral . Las imágenes capturaron el momento exacto en que las ballenas se preparaban para comenzar con su habitual desplazamiento de caza marina.

Las ballenas son una de las especies más celebradas y admiradas de la naturaleza. Son majestuosas y fascinantes. Y, a pesar de que su colosal tamaño puede despertar temor, son uno de los mamíferos marinos que suscitan entre las personas más ternura y cercanía. 

En la actualidad, se conoce que las ballenas son capaces de emitir sonidos y crear melodías que pueden viajar a través de los océanos.Estos sonidos e infrasonidos son altamente complejos y transmiten información vital para la supervivencia de la especie a individuos que se encuentran a distancias remotas. 

En Argentina, tanto los residentes de Puerto Madryn como un gran número de visitantes, se reúnen cada temporada junto a las playas para presenciar la imponente silueta de las ballenas que emergen del mar. Durante los meses de septiembre a noviembre, llegan a la Península de Valdés numerosos grupos de ballenas para descansar , reproducirse y tener a sus crías en las aguas tranquilas del Golfo San Matías. Por ello, son el principal espectáculo turístico que atrae a grandes y chicos con igual fascinación.

Una dron, las ballenas y un momento único

El fotógrafo Richard Sidey apasionado de los avistajes, captó con su dron inusuales imágenes de un grupo de ballenas que nadaban en las aguas peninsulares. Sus imágenes muestran a estos colosos de mar realizando giros y extraños movimientos concéntricos. Un video asombroso que ya ha dado la vuelta al mundo y forma parte de un registro audiovisual más extenso , motivo por el cual el fotógrafo se encuentra en la Patagonia argentina. 

La ballena jorobada, especie filmada por el cineasta y fotógrafo neozelandés, es de los cetáceos más grandes que existen en el planeta. Los ejemplares adultos llegan a medir hasta 16 metros y pueden alcanzar un peso de 36 toneladas. Los grupos o poblaciones están presentes en todos los océanos , a través de los cuales se desplazan, recorriendo casi 25 mil kilómetros cada año. 

Las ballenas jorobadas visitan las zonas polares en el verano, luego comienzan a bajar hasta las aguas tropicales o templadas para descansar, cumplir con su ciclo reproductivo y tener a sus crías, tal como ocurre en las áreas del Golfo San Matías en Península de Valdés.

Los preparativos y un sistema de caza singular 

En invierno, las ballenas jorobadas ayunan y se sustentan de las reservas de grasa que han acumulado en su cuerpo durante los meses anteriores a esta temporada. Pero cuando comienza el tiempo de para alimentarse, esta especie apela a una modalidad de caza o técnica conocida como red de burbujas. Esta artimaña de caza consiste en un nado que realizan en círculos concéntricos a modo de espiral, construyendo con las burbujas que comienzan a surgir una pared en el mar. Estas paredes marinas con forma de cilindro forman un sistema que facilita que el krill quede atrapado al interior.

Entonces, cuando esto ocurre, las ballenas se sumergen, abren su boca y tragan agua y krill en abundancia. Los científicos explican que las paredes o los contornos creados por la red de burbujas son tan poco flexibles o rígidos que las camadas de krill y las demás especies no pueden sortear la trampa mortal. El fenómeno ocurre debido a que las ballenas giran con tal fuerza que el espiral , tal como lo captara el dron, conforma un dispositivo infalible para la caza.

Peces cuyo tamaño es pequeño como las caballas y el salmón son la fuente nutricia habitual de las ballenas jorobadas. El krill, por ejemplo, tiene un tamaño similar al del camarón y su nombre se cree proviene de las antiguas tradiciones noruegas, donde la palabra “krill”remite a la comida de las ballenas. Las fuentes científicas sostienen que en el mundo existen más de 90 especies de krill, pero sólo en la Antártida se encuentran en abundancia. Se estima que la cantidad total de este diminuto crustáceo puede alcanzar los 100 millones de toneladas.