El corredor de cetáceos del Mediterráneo, es un área marina que guarda una biodiversidad asombrosa . Hoy Greenpeace te invita a descubrir porqué es tan importante y por qué se convertirá en una zona protegida a nivel internacional

El mar Mediterráneo alberga una cantidad asombrosa y abundante de especies marinas , entre ellas, grandes poblaciones de cetáceos, algunos consideradas bajo grave amenaza. De hecho, entre la costa de la Comunidad Valenciana, la región de Cataluña y las Islas Baleares , se ubica una franja marina conocida como el paso migratorio del rorcual común, el segundo animal más grande que posee nuestro planeta.

Cuando se inicia la temporada propicia para su apareamiento y cría de sus retoños, el rorcual común cruza este espacio marino conocido como Corredor del Mediterráneo para dirigirse hacia las áreas más cálidas y tranquilas ubicadas en la región norte del este mar.

También, este corredor marino es el hábitat natural y la zona principal de alimentación de una gran diversidad de otras especies de cetáceos entre los que se encuentran el cachalote, los delfines mular, listado y común, y de algunos cetáceos de aguas profundas como el calderón gris, el común y el zifio de Cuvier. Por otro lado, es un área de privilegio para el desarrollo de gran cantidad de otras especies como las tortugas marinas y numerosas aves. 

Por ello, el territorio marino o Corredor del Mediterráneo español es un espacio con un altísimo valor ecológicoy el Gobierno español y el Convenio Internacional de Barcelona han decidido impulsar mecanismos legales internacionales para su protección.

Las amenazas que acechan a las ballenas del Mediterráneo

Todas las especies que en la actualidad viven y recorren las aguas mediterráneas tienen ya ganados varios estatus que garantizan su protección en varios regímenes de conservación, tanto nacionales como internacionales. Pero a pesar de ello, este valioso espacio marino se encuentra amenazado por varios proyectos de sondeo petrolífero cuya superficie de exploración se solapa con la del propio corredor. Por este motivo , una declaración internacional de zona protegida llevaría al archivo de todos los proyectos y las solicitudes de permisos de investigación de hidrocarburos que tengan como objetivo a este espacio protegido.

La zona a proteger, que será prontamente declarada «Área Marina Protegida», abarca una superficie que se estima entre los 46.262,82 kilómetros cuadrados. Esta área comprende la totalidad del espacio marino que ocupa el Corredor del Mediterráneo, incluidas las aguas que integran el lecho, el subsuelo, la columna de aire suprayacente y todos los recursos naturales ubicados dentro de los límites geográficos establecidos por el Gobierno de España.

No es casualidad que esta amplia zona del mar Mediterráneo haya sido recientemente calificada como un «punto caliente- o hot spot- de ruido submarino» según el relevo científico internacional Overview Of The Noise Hotspots In The Accobams Area en el que se identificaron y estudiaron las actividades que causaban ruido antropogénico en las aguas del Mediterráneo.

La amenaza para la fauna marina de la minería subacuática

La contaminación acústica es un verdadero flagelo para todas las especies que , para comunicarse entre sí, emiten sonidos que viajan por el medio marino. Y , sucede que durante la búsqueda de nuevos yacimientos de petróleo y gas, los equipos que se utilizan para los sondeos acústicos emplean cañones de aire comprimido que disparan «burbujas» de aire a una altísima presión sobre el suelo marino. La explosión de la burbuja emite un potente sonido que penetra hasta casi 7.000 metros en el lecho marino y las ondas acústicas producen un ruido que es unas 10.000 a 100.000 veces más fuerte que el del motor de una aeronave a reacción. Este procedimiento de bombardeo de los fondos marinos, es el que brinda a los geólogos detalles clave acerca de las formaciones rocosas ubicadas debajo del suelo tal como si fuera una ecografía.

Las explosiones tienen ocurrencia de modo permanente y contínuo a lo largo de las 24 horas del día, los siete días de la semana, durante un periodo de cuatro meses. Este tiempo es suficiente para que los pulsos de aire comprimido produzcan daños fisiológicos irreversibles en los cetáceos,las tortugas,los peces e invertebrados, e incluso, en muchos de ellos, la muerte. Precisamente, según detallan los expertos, esto es lo que está ocurriendo en el corredor de cetáceos del Mediterráneo, por ello, España y el mundo, celebran que prontamente sea declarado como Área Protegida Internacional.