Fundación Azara impulsa un Programa de investigación y monitoreo de ballenas francas australes en el Golfo San Matías. Lo hace en conjunto con la Escuela Superior de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue y el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni”.

Fundación Azara es una institución que se dedica al cuidado y a la preservación de la naturaleza. Desde hace 3 años organiza un original concurso en el que invita a ponerle nombre a ejemplares de ballena franca austral. La propuesta es clave en materia de divulgación científica: los participantes conocen más sobre los cetáceos y comprenden por qué es necesario conservarlos.

Fundación Azara

La Fundación de Historia Natural Félix de Azara surgió en Argentina en el año 2000. Hoy en día es una de las instituciones más destacadas de América Latina en lo que se refiere a la investigación y la conservación de la naturaleza y el medioambiente.

Sus actividades se llevan a cabo en numerosos países y abordan desde trabajos de producción científica hasta elaboración de materiales educativos. Las investigaciones se centran en el descubrimiento de nuevas especies (vivas o extintas) y en el trabajo por la conservación de los ambientes, entre otros aspectos.

Uno de sus proyectos más novedosos es el del Programa de investigación y monitoreo de ballenas en el Golfo San Matías, región que comprende las aguas de las provincias de Río Negro y Chubut.

El proyecto surgió en 2019 e involucra a la Fundación Azara, a la Escuela Superior de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue y al Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni”.

Las claves del proyecto

Los investigadores trabajan en el monitoreo y en el relevamiento fotográfico de los ejemplares de franca austral que visitan las aguas del Golfo San Matías año tras año.

El objetivo es armar un catálogo que ofrezca información particular sobre cada ejemplar. La tarea de individualizar a las ballenas se lleva adelante a través de la fotoidentificación, técnica que desarrolló Roger Payne y que consiste en el análisis de los patrones de las callosidades que los cetáceos tienen en sus cabezas.

El catálogo y la identificación de cada individuo ofrecen información que es relevante en muchos aspectos. Los científicos obtienen datos sobre el comportamiento de los cetáceos, sobre sus hábitos de alimentación, sus rutas migratorias y demás. De esta manera, se obtiene un conocimiento de las ballenas que permite diseñar estrategias de conservación más eficaces. 

La importancia de la divulgación

Los integrantes de Fundación Azara y cada uno de los miembros del proyecto consideran que la divulgación es uno de los factores fundamentales para la preservación de los cetáceos y los ecosistemas que habitan.

En este marco, desde hace 3 años organizan un concurso en el que generan un acercamiento entre las personas y las ballenas a partir de una propuesta original: la de ponerle nombre a los ejemplares.

El premio para la edición de este año fue una experiencia de avistamiento de fauna marina: el ganador del concurso se hizo acreedor de un paseo náutico para 2 personas en la Bahía de San Antonio, en la provincia de Río Negro.

Las ballenas del Golfo San Matías

La única condición a la hora de bautizar a las ballenas francas australes es que el nombre propuesto tiene que estar relacionado con las características del ejemplar en cuestión.

El sitio web del concurso presenta un total de 10 ejemplares que fueron identificados en el Golfo San Matías. Se ofrece una serie de imágenes que permiten apreciar a los cetáceos y también un texto con información de cada individuo.

Algunos detalles hacen referencia a los patrones de callosidades de las cabezas. Otros, a las características de las manchas de los lomos. También hay lugar para las descripciones de avistamiento, presencia de crías y mucho más.

Algunos nombres

Los participantes deben completar un formulario en el que pueden proponer el nombre de hasta 3 ballenas, justificando sus decisiones. Los nombres ganadores quedan inmortalizados en el catálogo del proyecto y permiten agilizar la búsqueda de información sobre los cetáceos.

En la edición de 2022, por ejemplo, uno de los nombres ganadores fue “Megara”. Es un término griego que significa “primera” y fue otorgado al primer ejemplar en ser incorporado al catálogo.

Otra ballena, que al momento de ser avistada se encontraba junto a su cría, recibió el nombre de “Tayka”, que en lengua Aymara quiere decir “mamá”.

En 2023, por su parte, una ballena fue bautizada como “Resilio”, término en latín que refiere al concepto de resiliencia. Se lo nombró así porque el ejemplar en cuestión presenta una deformidad en la cola y una serie de heridas de gaviotas en el lomo.