Este resultado es producto de un estudio que realizan científicos del ICB (Instituto de Conservación de Ballenas) cada temporada en la Península de Valdés. Doce de trece adultos son hembras. Los recién nacidos mueren por falta de comida. 

Es alarmante la muerte de 45 ballenas acontecida durante esta temporada en la Península Valdés. Este es el número más alto que se haya registrado desde que el Instituto para la Conservación de Ballenas (ICB) comenzara a realizar el estudio anual en 2003. De los trece ejemplares adultos que han muerto, 12 son hembras.

Para los científicos, esta alarmante situación impactará negativamente en la recuperación de la especie ya que ocasiona un fuerte retraso en sus procesos reproductivos. Y por otro lado, la muerte de ballenas hembras lactantes provoca también la muerte de crías qué, una vez huérfanas que no tienen de qué alimentarse . De los 45 cetáceos encontrados sin vida, 25 eran crías nacidas en esta temporada, 7 jóvenes (nacidos el año pasado) y 13 adultos.

Hipótesis de las causas que provocaron la muerte de las ballenas

Otra cosa que llamó la atención ,fueron las causas de la muerte de estas ballenas. Según la primera hipótesis evaluada luego del monitoreo general, las causas podrían estar relacionadas con un aumento creciente de la presencia de individuos en el área de la Península de Valdés. Es posible que ante un aumento de la cantidad de ballenas , tenga ocurrencia un mayor número de decesos, por el simple hecho de que se trata de una población más grande. 

En una publicación reciente del ICB, los investigadores enfatizan que “los casos de elevada mortalidad de ballenas adultas durante un corto período de tiempo, en una misma área, pueden ser claros indicadores de que diversos factores ambientales locales pudieron haber desencadenado esa alta tasa de mortalidad “. 

Otro dato que brindaron es que “las ballenas adultas muertas la temporada pasada no presentaban lesiones traumáticas ni enredos (enredos en redes de pesca) y aparentemente se encontraban en buen estado general y de nutrición”, explicó Agustina Donín veterinaria del Centro de Investigación del ICB. Pero, el acontecimiento más importante y, que será estudiado en el futuro, es la cantidad de ejemplares de hembras adultas que murieron esta vez. En total, fueron 12 de 13 adultos. Marcela Uhart, directora del programa de Investigación del ICB , dijo que “es un hecho muy llamativo”. 

Consecuencias negativas para la recuperación de la especie

La preocupación de los científicos es alta “porque los ejemplares muertos son en su mayoría hembras;y, estamos ante algo inusual y atípico, que representa un gran desgaste para la especie porque una hembra necesita años de crecimiento y desarrollo para convertirse en un adulto reproductivo”. 

Esto amenaza el crecimiento de la especie a futuro, que además, ya ha sido diezmada en gran parte por la caza indiscriminada, especialmente en el siglo pasado. Aunque afortunadamente y desde el año 2000, el crecimiento ha sido del 7 por ciento anual, hechos como este hacen peligrar su recuperación .

El Instituto dijo en un comunicado que “las estadísticas provienen del programa de Vigilancia de la Salud de la Ballena Franca Austral, que funciona desde 2003 y que examina, disecciona y estudia todos los ejemplares de ballenas que son encontrados muertos en y alrededor de la costa de la Península Valdés. Utilizando técnicas precisas se obtienen muestras de tejidos que luego se estudian para aprender más sobre la salud de la especie y así procurar su salvaguarda”. 

 Amenazas múltiples para la salud de las ballenas

Para los investigadores del ICB “El objetivo es conocer las causas de la mortalidad e identificar las posibles amenazas, tanto naturales como las provocadas por el hombre”, indicaron. Pero además de eso, la especie tiene otro “enemigo”: la llamada gaviota cocinera. Esta especie de ave se posa sobre el lomo de las ballenas, causándoles graves heridas con constantes picotazos, que en muchos casos pueden llegar a provocarles la muerte. 

Desde 2003, el programa del ICB ha registrado 855 ballenas muertas en la península de Valdés, y ha creado una base de datos y recolectado muestras vitales para la investigación y conocimiento de la especie.

Mariano Sirione, codirector del programa, dijo que “gracias al trabajo de muchos voluntarios y colaboradores durante casi dos décadas, hemos brindado información y resultados relevantes, por ejemplo, sobre los efectos en la salud de las ballenas del consumo de plástico o de ataques de gaviotas “. 

Los avistajes de ballenas son la “estrella” de cada temporada

La ballena Franca Austral es la “estrella” cada temporada. Esta especie es el principal recurso a nivel turístico que tiene la provincia de Chubut. Se hace presente cada año en las aguas de la Península a mediados de mayo y se queda a criar y a parir a sus vástagos hasta fines de diciembre. Además de Puerto Pirámides (Península de Valdés), donde se las observa de modo privilegiado, también se las puede ver en la costa de El Doradillo, un complejo de playas a 13 kilómetros de Puerto Madryn. 

El área de la Península está rodeada de altos acantilados que protegen del fuerte viento del sur. Por ello, es un lugar privilegiado por lo tranquilo y seguro para dar a luz a las crías. Además, gracias a la gran profundidad de las aguas, se pueden divisar ejemplares desde la costa. En tiempos normales, más de cien mil turistas llegan a la provincia de Chubut para ver a las ballenas. El 30 por ciento son extranjeros. A pesar de la pandemia y la nula actividad en 2020, según los proveedores de servicios, la temporada pasada se marcó un récord de asistencia turística y la tendencia va en aumento.