La ballena gris del Pacífico Norte sobrevivió a la caza indiscriminada de siglos. Sin embargo, su estado actual no es nada alentador y hay una población que corre riesgo de extinguirse.
La ballena gris es uno de los cetáceos más singulares de todos. Cuenta con dos poblaciones y una de ellas se encuentra en peligro de extinción. Habita en el Océano Pacífico Norte y es conocida por las largas distancias que recorre durante las migraciones.
Características principales de la ballena gris
Su nombre científico es Eschrichtius robustus y es un cetáceo misticeto que forma parte de la familia Eschrichtiidae.
Como animal, es uno de los más grandes de la naturaleza: tiene una longitud que va de los 11 a los 15 metros y un peso que oscila entre las 20 y las 30 toneladas.
La ballena gris habita en el norte del Océano Pacífico y, al igual que otras especies de cetáceos, se mueve entre dos regiones: donde se alimenta y donde se reproduce.
Estos mamíferos marinos se alimentan a base de kril y otros microorganismos, y lo hacen en las frías aguas del extremo más norte del Pacífico. Para reproducirse migran hacia el sur, siempre manteniéndose dentro del hemisferio norte.
Alcanzan la madurez sexual entre los 8 y los 9 años y las hembras dan a luz de a una cría a la vez. La gestación dura alrededor de 12 meses, y el período de lactancia, entre 6 y 12.
Las migraciones más largas
La población principal de ballenas grises es la que se ubica en la región oriental del Pacífico. Se estima que existen unos 20 mil ejemplares de esta especie y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) cataloga su estado de conservación como de “preocupación menor”.
Estos cetáceos también son conocidos por la extensa distancia que recorren durante sus viajes de migración: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno de México expresa que en total viajan más de 9 mil kilómetros.
Tras alimentarse en los mares de Bering, Chukchi y Beafurot (Alaska), parten hacia el sur para reproducirse en la Península de Baja California y en el Golfo de California, en México. También hay ejemplares que eligen como destino las aguas de la costa oeste de Estados Unidos.
El viaje dura aproximadamente 3 meses. Hay ballenas que se aparean en el camino y hay otras que lo hacen al llegar a la zona en cuestión.
Las ballenas grises del Pacífico Occidental
La otra población de estos cetáceos también navega por aguas de poca profundidad y cercanas a las costas. Sin embargo, lo hace en el otro extremo del océano: en el del oeste.
La ruta migratoria de estas ballenas es de menor distancia: se alimentan en las aguas del mar de Ojotsk y se reproducen en las costas de Corea del Sur.
Más allá de las diferencias de regiones y de recorridos, la principal diferencia entre esta población y la otra consiste en su estado de conservación.
De acuerdo con la UICN, la población occidental se encuentra en peligro crítico de extinción. Una de las últimas mediciones se realizó hace 15 años y determinó que existen unos 130 ejemplares de esta especie.
El riesgo de extinción, una historia conocida
La amenaza es concreta y evidente para las ballenas grises. Las del Pacífico Occidental están muy cerca de desaparecer. La población de la región Este, por su parte, presenta una leve disminución que se sostiene con el paso del tiempo.
El riesgo no es actual e incluso existen antecedentes que son desfavorables para las ballenas grises. Hace siglos estos cetáceos tenían presencia en el Océano Atlántico y se extinguieron por diversos motivos.
La Familia Eschrichtiidae está compuesta por las ballenas grises del Pacífico Norte y por las del Atlántico Norte, que son las que desaparecieron hace unos 300 años.
Distintos estudios permiten afirmar que estos mamíferos se movían por las aguas del Mar Mediterráneo y cerca de países como Bélgica, Reino Unido, Suecia y Países Bajos.
Si bien las causas de la extinción no son del todo precisas, se estima que la caza indiscriminada es una de las más destacadas.
La necesidad de aprender de la historia
En la actualidad, tanto las grises como otras especies de ballenas se enfrentan a amenazas que ponen en riesgo su conservación. La contaminación química y acústica, la crisis ambiental, el calentamiento global y los choques con embarcaciones son algunas de ellas.
Concientizar al respecto y luchar por medidas que protejan a las ballenas, por lo tanto, resulta fundamental para evitar que se repita la historia de las grises del Atlántico Norte.
🐋 La ballena gris del Pacífico Norte es conocida por recorrer más de 9 mil kilómetros desde las aguas de Alaska hasta las costas de México, donde se reproducen.
🚨 Una subpoblación, sin embargo, es famosa por un triste motivo: corre riesgo de desaparecer.
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Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.