Se estima que quedan unas 409 ballenas francas glaciales en todo el mundo. La observación fue hecha a fines de 2018, por lo que la cifra actual podría ser incluso menor.
La ballena franca glacial es famosa por su docilidad y su comportamiento pacífico. También es conocida como “la ballena de los vascos” debido a que estos la cazaron de forma indiscriminada durante muchísimo tiempo. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza indica que se encuentra en peligro crítico de extinción.
Sus características principales
Su nombre científico es Eubalaena glacialis y es una especie de cetáceo misticeto que pertenece a los Balaenidae, familia que también integran la ballena franca austral, la franca del Pacífico y la de Groenlandia.
Por lo general, miden entre 14 y 18 metros, aunque hay algunos ejemplares que pueden superar los 20 metros de longitud. En cuanto a su peso, el mismo oscila entre las 36 y las 72 toneladas.
Como su nombre lo indica, estas ballenas son conocidas por habitar aguas glaciales. La mayor parte de su población actual se encuentra en el Océano Atlántico Norte.
Son dóciles y tienen un comportamiento pacífico. A diferencia de otros cetáceos, no responden con agresiones a sus atacantes.
Habitan aguas de poca profundidad y se suelen mover cerca de las costas, en especial la de las bahías y las penínsulas. Además, tienen una velocidad lenta, ya que suelen desplazarse a un promedio de poco más de 1 kilómetro por hora.
Todo esto las convierte en un objetivo fácil para la cacería. Las ballenas francas glaciales han sido asesinadas de forma sistemática durante siglos y en la actualidad el estado de su población es delicado.
Qué comen y cómo se reproducen
Estos cetáceos se alimentan en las aguas gélidas del Atlántico Norte. Allí ingieren zooplancton, kril y otras especies de pequeños invertebrados.
Las hembras consumen cantidades importantes de alimento ya que generan reservas de grasa para luego poder migrar y reproducirse. Para esto se dirigen hacia las aguas subtropicales, donde dan a luz y crían a sus ballenatos.
El primer parto se suele dar cuando las hembras tienen entre 9 y 10 años. Las gestaciones son de una cría a la vez. El embarazo dura alrededor de 12 meses y los ballenatos nacen con una longitud aproximada de 4 metros y un peso de 1500 kilos.
Uno de los factores que pone en riesgo la población de las francas glaciales consiste en que no se reproducen con mucha frecuencia. A diferencia de otras especies, que dan a luz cada 2 años, el intervalo entre los nacimientos de estas ballenas oscila entre 4 y 6 años.
Una especie en peligro crítico de extinción
No existe un consenso que permita saber con precisión cuál es la cantidad de ballenas francas glaciales que viven en la actualidad. Sin embargo, todas las fuentes coindicen en que el total es escaso y en que la población corre riesgo de desaparecer.
En 2017, el Departamento de Pesca y Océano de Canadá indicaba que quedaban unas 500 francas glaciales en todo el mundo. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, a su vez, decía que solo en el noroeste del Océano Atlántico había 350.
Es un número que va en descenso. La última estimación que hizo la UICN se dio hacia fines de 2018 y dio como resultado total que quedan 409 individuos, de los cuales entre 200 y 250 son maduros.
Cuáles son las amenazas que enfrentan
Se trata de una especie que supo tener decenas de miles de ejemplares en el pasado. Pero la caza indiscriminada puso en riesgo su supervivencia. Y la prohibición de esta no se vio acompañada por un incremento de la población.
En la actualidad son varios los peligros que pesan sobre las francas glaciales. Algunos se explican en que estos cetáceos se suelen mover por aguas que presentan un importante tráfico marítimo.
La UICN expresa que muchas de las pérdidas se dan como resultado de colisiones con las embarcaciones. También suelen morir debido a las lesiones que sufren al quedar enmalladas en redes de pesca.
La baja diversidad genética se suma a la disminución de la frecuencia reproductiva. Como si fuese poco, estos mamíferos marinos enfrentan un problema alimenticio: el calentamiento global reduce la población de kril y zooplancton, sus ingestas principales.
La contaminación de las aguas también afecta el organismo de los cetáceos. Incluso estos suelen ingerir plásticos y demás residuos que se encuentran en los mares.
Países como Estados Unidos y Canadá desarrollan acciones para la preservación de estas ballenas. Sin embargo, el estado crítico en el que se encuentran requiere de nuevas medidas y de una mayor toma de conciencia.
Las francas glaciales pueden extinguirse pronto: evitar que esto suceda es responsabilidad de todo el planeta.
🐋😢 ¡Urgente! La ballena franca glacial está en peligro crítico de extinción y apenas quedan unos 400 ejemplares en todo el mundo.
🌎🙌 ¡Es hora de actuar! La clave está en aumentar la conciencia sobre las amenazas que enfrentan en la actualidad y luchar por su supervivencia.
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Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.