Greenpeace busca visibilizar la situación que atraviesan las ballenas azules que nadan en las aguas de las Islas Baleares. Un escenario turístico de ensueño que se ha vuelto un contexto amenazante para las ballenas y toda la fauna marina, que en la actualidad buscan sobrevivir entre múltiples y crecientes amenazas.

Las Islas Baleares despliegan un escenario natural único en donde pueden avistarse ballenas azules y delfines. Un espectáculo que sorprende y enamora por igual a turistas y locales, aunque para que acontezca este milagro natural, en muchas ocasiones se debe aguardar por largo tiempo mirando el horizonte.

Sin embargo, este bello espectáculo natural puede llegar a su fin si no se trabaja con ahínco para proteger de modo eficaz a las ballenas en todo el mundo y aquí, en el archipiélago de las Baleares. En la actualidad, múltiples factores amenazan de gravedad a la vida marina en esta porción de aguas, la mayoría de ellos, están directamente relacionados con las actividades económicas del hombre . En este abanico encontramos los vertidos de petróleo, el enredo con artes de pesca, los ruidos de la actividad minera de exploración, de los barcos cargueros , turísticos y militares, según indican desde la Sociedad Española de Cetáceos . 

Un informe científico realizado en el 2018 , reveló cómo a partir del estudio de las hormonas presentes en el cerumen de las ballenas es posible conocer cómo las actividades humanas estresan de gravedad a las poblaciones de ballenas en todo el mundo. “Las muestras de cerumen, son el equivalente a un estudio de rayos X o una tomografía computada, que hace posible ver por dentro registros grabados por sustancias químicas que se disparan ante situaciones de estrés. Gracias a este registro, los científicos podemos estudiar y conocer las reacciones de estos animales frente a las amenazas del entorno, y con ello, buscar la mejor manera de ayudarlas” explican científicos de la Sociedad Española de Cetáceos.

La ballena azul en los océanos del planeta.

Los expertos estiman que en la actualidad , entre 10. 000 y 26.000 ballenas azules surcan los océanos del mundo.Algo asombroso si se tiene en cuenta que a principios del siglo XX estuvieron a un paso de desaparecer debido a la caza voraz que llevaron adelante varios países del mundo con Japón a la cabeza. 

La actividad ballenera era una gran fuente de riquezas gracias a la carne , la grasa y los aceites que eran extraídos de estos animales. Los productos eran muy requeridos en los mercados asiáticos y su valor comercial cotizaba fuerte como un producto de altísima calidad. Se estima que entre 1900 y mediados de los años 60 se exterminaron alrededor de unas 360.000 ballenas azules. Finalmente,en 1966 se puso fin a este flagelo gracias a que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) determinara su protección legal en todos los mares y océanos del planeta.

“Si bien el fin de la era de la caza comercial pudo frenar un camino hacia la segura extinción de las ballenas en estado natural, la situación y los peligros que amenazan de gravedad a todas las ballenas y en general a la fauna marina no han disminuído”explica John Cortés, biólogo y experto en ecosistemas oceánicos. “Hoy las amenazas más letales provienen del cambio climático que hace que aumenten las temperaturas del oceáno y con ello, mueran muchas fuentes de alimento para las ballenas . Otros muy graves también, provienen de los enredos en mallas de pesca, las colisiones con barcos, la contaminación acústica que hace que no fluyan las ondas que emiten a sus pares y que las guían en el mar y la contaminación por plásticos” agrega el experto. 

Por ello, Greenpeace llama a la sociedad global a profundizar sus esfuerzos para poder proteger y conservar a las ballenas en los mares del mundo. Con este escenario, podemos deducir que la situación de las ballenas es muy crítica y que apenas ha mejorado desde el fin de la caza comercial.En la actualidad, las ballenas azules, una especia asombrosa y única , figura en la Lista Roja de la Unión para la Conservación Mundial (IUCN, por sus siglas en inglés) como especie en peligro de extinción. Por ello, si queremos conservarlas para las próximas generaciones , el tiempo de la acción es hoy y ahora.