Las orcas en cautiverio tienen una expectativa de vida de 11 años. Si bien no se conoce su fecha de nacimiento, se especula que Kshamenk ya tiene al menos 35.
El de Kshamenk es uno de los casos de preservación de cetáceos más renombrados de la Argentina. La orca quedó varada cuando era apenas una cría. Los rescatistas lograron salvarla cuando su vida corría peligro. 32 años después, goza de un excelente estado de salud y se encuentra en cautiverio ya que fue imposible reintroducirla en la naturaleza.
Un rescate histórico
Todo comenzó el 17 de noviembre de 1992, cuando 3 pescadores salieron en un barco del puerto de San Clemente del Tuyú hacia la zona de la Bahía de Samborombón.
Tras unas horas de navegación, divisaron que cerca de la costa había 4 grandes sombras negras. Pero no pudieron acercarse ni con el barco ni con un bote, ya que la marea estaba baja y el nivel del agua no superaba los 30 centímetros de altura.
Decidieron acercarse a pie, y así fue como comprobaron que se trataba de 4 orcas, 3 adultas y una cría, que estaban varadas e inmovilizadas en suelo fangoso.
Como no tenían los medios ni los conocimientos necesarios para rescatarlas, optaron por regresar al puerto y poner en aviso a las autoridades. Y entonces entró en escena el equipo de Mundo Marino.
Kshamenk, la orca que sobrevivió
El rescate se demoró debido a que los pescadores no pudieron regresar al puerto hasta la madrugada del día siguiente: el bajo nivel del agua podía hacer que ellos también quedaran atrapados.
Cuando los rescatistas llegaron a la zona en cuestión, comprobaron que solo quedaba una orca: la cría. Ante el aumento de la marea, lo más probable es que los experimentados ejemplares adultos hayan podido volver al mar por su propia cuenta.
Pero la cría se encontraba débil y su vida corría peligro: tenía signos de deshidratación, músculos acalambrados, una frecuencia respiratoria baja y falta de respuesta a los estímulos externos.
Se calculó que llevaba unas 48 horas varada en un banco de arena y fango de apenas 10 centímetros de profundidad. Ante la urgencia de la situación, se resolvió llevarla al Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.
Las claves de la recuperación
Se determinó que la orca en cuestión era un macho y que, al momento de los hechos, tendría unos 3 años de edad. Y se le puso nombre: Kshamenk.
También se dio inicio a lo que sería un largo y complejo proceso de recuperación. Además de la salud física, el cetáceo presentaba un estado emocional delicado, ya que las orcas son animales que viven y se desenvuelven en comunidad.
La orca estuvo en observación controlada durante las 24 horas del día a lo largo de varios meses. Esto llevó a una sorprendente recuperación, pero también a que se familiarizara con el cuidado humano.
¿Por qué no puede volver al mar?
Una vez que el cetáceo estuvo recuperado, se planteó la posibilidad de regresarlo a su hábitat natural: el mar. Para tomar una decisión, se convocó a expertos, investigadores científicos y organizaciones para que estudiaran el caso y dieran su opinión.
Se coincidió en que la reinserción sería riesgosa, en que podría acabar con su vida. Como animales sociales que viven en comunidades complejas que cazan, se alimentan y se protegen en conjunto, a Kshamenk le resultaría imposible adaptarse a esta dinámica: quedó en cautiverio cuando era una cría.
Además, para reinsertarse debería hacerlo en el grupo de orcas que integraba, lo que llevaría a dar con la ubicación de las mismas. Por más que esto se lograra, la supervivencia de Kshmanek correría grave peligro.
El cuidado de Kshamenk
La de Mundo Marino es la única orca que se encuentra en cautiverio en toda Sudamérica. Lo que despierta una enorme polémica: no solo por los espectáculos que protagoniza en tanto atractivo turístico, sino también por la manera en que fue retenida.
Las orcas en cautiverio tienen una expectativa de vida de 11 años. Y Kshamenk ya tiene al menos 35. De acuerdo con el oceanario ubicado en San Clemente del Tuyú, su estado de salud es óptimo teniendo en cuenta su edad.
Su salud es controlada de manera mensual por un equipo de 3 veterinarios, 8 cuidadores y 7 especialistas externos. Aún así, es objeto de debates que giran en torno a sus derechos y su integridad.
El caso de Kshamenk recuerda que los cetáceos, lejos de ser animales que viven de forma individual, encuentran su razón de ser en la vida en comunidad. Y que, para conservarlos como especie, es preciso abordar la integridad de los seres vivos y de los ecosistemas que habitan.
🐋 Kshamenk es una orca que fue rescatada en 1992 tras quedar varada en las costas de Bahía de Samborombón. Estuvo al borde de la muerte y logró sobrevivir gracias a la ayuda del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.
🌊 Su caso supone un serio dilema: se encuentra en cautiverio y expuesta como atractivo turístico, pero el retorno a su hábitat natural pondría en riesgo su vida.
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Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.