Los biólogos marinos se suman a la lucha de Greenpeace por salvaguardar los corredores oceánicos que las ballenas utilizan como ruta para migrar durante cada temporada. Corredores que son bloqueados y atravesados por las rutas de buques comerciales, hecho que vuelve a las ballenas altamente vulnerables y frágiles, debido al peligro por coaliciones y al daño ocasionado a sus fuentes de alimento.

Las poblaciones de ballenas migran cada año desde las regiones polares hacia las zonas de aguas templadas para cumplir con un ciclo biológico fundamental: parir y amamantar a sus crías. Por ello,dependen de modo vital de la sanidad de determinadas áreas del mar para cumplir con estos aspectos esenciales de su vida y garantizar la sobrevida de sus retoños . Estas regiones marinas son ,además, claves para su interacción y socialización con sus pares cetáceos en cada temporada.

Pero ocurre que hoy , estás zonas vitales están siendo deterioradas por diversas actividades llevadas adelante por los hombres y provocan una presión negativa y gran estrés a la comunidad de cetáceos ” afirmó el representante mundial para la conservación de ballenas y delfines de Greenpeace Inglaterra , August Chesterton, en un comunicado reciente. 

Greenpeace , de la mano de la comunidad científica experta en biodiversidad marina, lanza un llamado urgente para la cooperación mundial de todas las naciones para proteger las rutas naturales de los cetáceos en el océano Pacífico oriental y salvaguardar los ecosistemas que se forman a la vera de estos corredores oceánicos. Estas rutas son los principales canales que utilizan las ballenas para migrar en cada temporada y llegar a las zonas donde buscan refugio seguro para parir y descansar .

La importancia de la seguridad en las rutas migratorias de las ballenas

Estas rutas oceánicas naturales , son también conocidas como los “corredores azules”. Tienen su origen en las regiones polares del Ártico , en el Estrecho de Bering en Alaska y se extienden hasta la Antártida, en el extremo más austral del planeta. Por el trazado de esta particular línea imaginaria se trasladan 12 de las 14 especies de cetáceos que tienen a este sector de Pacífico oriental como “columna vertebral para realizar sus migraciones”.

Pero, la amenaza y el peligro para las ballenas que deriva del tránsito de las rutas migratorias marinas ,es tan sólo un mojón más de un largo camino de obstáculos . Luego que en la primera mitad del siglo XX, la caza comercial diezmara a las poblaciones de ballenas y las dejara casi al borde de la extinción , hoy día, están surgiendo nuevas y múltiples amenazas para estos grandes mamíferos. 

En la actualidad, entre las amenazas más importantes que sufren las ballenas se encuentran las fuertes consecuencias negativas del cambio climático que impactan fundamentalmente sobre los cetáceos del polo Ártico y el Antártico. Estas poblaciones dependen para su subsistencia de los ecosistemas que se forman en torno al hielo marino cuyo deterioro es inevitable por la suba de las temperaturas de la atmósfera y el agua”.

Una suma ininterrumpida de peligros y amenazas 

A esta grave situación , se suman los peligros que implican el quedar atrapadas por accidente en las redes de pesca y redes fantasma que flotan en los océanos y que causan grandes bajas en las poblaciones de ballenas y en la fauna marina de gran volúmen. 

Por otro lado, hay que agregar otro tipo de contaminaciones y amenazas como la que provoca el aumento y la proliferación de las plataformas marinas de gas y de petróleo que impactan negativamente sobre las ballenas y sus fuentes alimenticias debido a la contaminación acústica submarina y la que se origina a causa a las fugas de petróleo.

Greenpeace busca generar conciencia acerca de esta acuciante y grave situación y procurar un compromiso urgente de las naciones para proteger los corredores oceánicos y, de este modo, darle una chance a las ballenas de parir y amamantar a sus crías en zonas seguras durante cada temporada. Con la firma de un acuerdo internacional de protección , se logrará un compromiso global para establecer acciones concretas y eficaces para cuidar las áreas de los corredores marinos y declararlas como las “zonas marítimas más importantes de toda la tierra”, señalaron los voceros de prensa Greenpeace. 

Sin dudas, la firma de un acuerdo global implicaría un avance real para proteger la rica y abundante biodiversidad marina y a la vez salvar de una muerte segura a una gran cantidad de ballenas en cada temporada migratoria.