La crisis poblacional de las jorobadas sería una de las razones de sus nuevos hábitos migratorios: los machos tomarían nuevos rumbos con el fin de encontrar hembras con las cuales reproducirse.

Frodo es una ballena jorobada macho que hace unos años dio la noticia al obtener el récord de distancia recorrida de su especie. Científicos investigaron el caso y descubrieron que, lejos de ser una curiosidad, el hecho revela datos sorprendentes sobre los patrones migratorios de estos cetáceos.

Un récord para la especie

Hasta hace unos años, la ballena jorobada que ostentaba la mayor distancia recorrida en un movimiento migratorio era una hembra. El fenómeno ocurrió en 2001, cuando el mamífero marino viajó desde Brasil hasta Madagascar atravesando unos 9650 kilómetros.

Su récord permaneció hasta el 2018, cuando se descubrió que un ejemplar macho recorrió 11261 kilómetros entre Saipán, en las Islas Marianas, hasta Sayulita, México.

Las jorobadas son conocidas por sus patrones migratorios complejos. Sin embargo, la mayoría de las que se reproducen en México viajan hacia Alaska y Canadá para alimentarse.

Que un ejemplar haya viajado desde México hasta las Islas Marianas, por lo tanto, despertó la curiosidad de los científicos, quienes investigaron y dieron con nueva información acerca de los patrones migratorios.

Los curiosos viajes de Frodo

La historia de esta ballena jorobada macho se remonta en verdad al 2010 y al 2013, años en los que apareció cerca de las Islas Comandante de Rusia.

El cetáceo llamó la atención de los investigadores rusos, quienes creyeron detectar una actitud aventurera en sus hábitos migratorios. Por este motivo le pusieron el nombre de Frodo, en honor al protagonista de El Señor de los Anillos.

¿Cómo nació la investigación?

El caso fue estudiado por investigadoras como Nicola Ransome, Astrid Frisch-Jordán, Olga V. Titova y Olga A. Filatova, entre tantos otros. Los resultados se publicaron en septiembre de 2023 en Endangered Species Research.

National Geographic destaca la manera en la que surgió la investigación. Todo comenzó cuando Ransome notó que había ballenas rusas que aparecían en México. 

Entonces comenzó a trabajar con Happywhale, una base de datos en línea que permite identificar a unas 30 mil ballenas jorobadas de todo el mundo gracias al registro de los patrones de los tremátodos.

Frodo aparecía con dos fotografías: una tomada en las Islas Marianas en febrero de 2017, y otra en México doce meses más tarde.

Los patrones de movimiento

El viaje transoceánico supuso un nuevo récord para la especie, siempre considerando los avistamientos de ballenas jorobadas registrados con fotografía.

El estudio también detectó que lo que parecería ser un extraño movimiento migratorio es en verdad un nuevo hábito común a muchas ballenas.

El foco se puso en los ejemplares de esta especie que fueron registrados en las zonas de alimentación de Rusia y en las de reproducción de México. Gracias a la base de datos de Happywhale se encontró que, entre 1998 y 2021, un total de 117 jorobadas visitaron ambas regiones.

¿La reproducción es una posible causa?

Nicola Ransome también brindó algunas razones que explicarían el nuevo hábito migratorio de las ballenas jorobadas. De acuerdo con la investigadora, la crisis poblacional de esta especie tendría mucho que ver.

Un estudio publicado en enero de 2020, también en Endangered Species Research, recordó que las jorobadas del Pacífico Noroeste se encuentran en peligro de extinción. A su vez, indicó que el Archipiélago de las Marianas es una zona de reproducción.

Los cetáceos, por lo tanto, se estarían desviando de sus rutas habituales y tomando nuevos caminos con un fin concreto: el de encontrar hembras con las cuales reproducirse.

La apariencia física del propio Frodo apoya esta hipótesis: presenta una gran cantidad de cicatrices, lo que señala que se estuvo peleando con otros machos.

La importancia de la cooperación

National Geographic indica que Frodo no se ve desde 2018. Sin embargo, los científicos especulan con que se encuentra viviendo nuevas aventuras a lo largo y a lo ancho de las aguas del Océano Pacífico Norte.

Su caso deja en evidencia varias cuestiones urgentes. El de proteger a la especie y luchar por su supervivencia es uno de los más destacados.

Otro consiste en la necesidad de enfocar los cuidados en los nuevos caminos y en las nuevas regiones que visitan las jorobadas. El trabajo en colaboración es clave para conocer más al respecto, y el de la base de datos de Happywhale es el ejemplo más claro.

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🤔🌏 ¿Qué motiva a estas majestuosas criaturas a cambiar sus rutas migratorias? ¡La crisis poblacional y la necesidad de reproducirse podrían ser las respuestas!

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