Los especialistas que integran el Fondo Mundial para la Naturaleza explican que los cetáceos dependen del alimento que puedan encontrar en algunas áreas oceánicas puntuales que hoy están siendo afectadas seriamente por el hombre. Por ello reclaman acciones urgentes por parte de las naciones y el compromiso de todos 

El Fondo Mundial para la Naturaleza (en inglés WWF) junto con un grupo de científicos expertos en biodiversidad marina, pidieron la cooperación urgente de todas las naciones para proteger las rutas naturales de los cetáceos en el océano Pacífico oriental. Estas rutas son los principales corredores oceánicos que utilizan las ballenas para migrar en cada temporada y llegar a las zonas donde se alimentan, se aparean y amamantan a sus retoños.

Las poblaciones de ballenas “dependen de modo indisoluble de determinadas áreas oceánicas para aparearse, parir , alimentarse y amamantar a sus crías. Estas zonas claves para su socialización y subsistencia “están siendo deterioradas por múltiples actividades generadas por los hombres y provocan una presión negativa en las ballenas”, indicó el representante mundial para la conservación de ballenas y delfines para WWF, Chris Johnsonston , en un comunicado reciente de la organización.

Estas rutas oceánicas naturales , también conocidas como “corredores azules” nacen en el Estrecho de Bering en Alaska y llegan hasta la Península Antártica, en el extremo más austral del planeta. Por el trazado de su línea imaginaria se desplazan 12 de las 14 especies de ballenas que emplean el Pacífico oriental como “eje central para realizar sus migraciones”.

Llamado urgente a toda Latinoamérica

Por ejemplo en el caso de Colombia, durante los meses de julio y hasta entrado noviembre, la ballena yubarta, la especie más característica y conocida del país , recorre las aguas del océano Pacífico para llegar al lugar en donde cada año, se establece para parir y amamantar a sus crías. 

Dada la gran relevancia de estos corredores marinos para los cetáceos, Johnsonston remarcó el “llamado urgente a la cooperación internacional” para su resguardo, resaltando la gran importancia de las poblaciones de ballenas para “mantener la rica biodiversidad marina y capturar el carbono del océano

Luego de que la caza comercial diezmara a las poblaciones de cetáceos y los dejara al borde de la extinción durante el siglo XX, hoy día, están surgiendo nuevas y múltiples amenazas para estos grandes mamíferos de los mares. “Estas amenazas se dan en las áreas que componen sus rutas migratorias naturales, llevándolas a ser cada vez más peligrosas para su tránsito”, indicó la WWF en su comunicado.

Múltiples amenazas que acechan a las poblaciones de ballenas

Otra amenazas que hoy sufren las ballenas se dan por las fuertes consecuencias del cambio climático que impactan fundamentalmente sobre las ballenas del polo Ártico y el Antártico, ya que muchas de ellas dependen del hielo marino y de los ecosistemas que componen este hielo marino”.

A esta dramática situación que enfrentan las ballenas, se suman las capturas por accidente en las redes de pesca y redes fantasma que, según indica el informe, hoy por hoy ,son la “amenaza más grave para la subsistencia de las ballenas y de la fauna marina de gran volúmen” . En esta categoría se incluyentambién las poblaciones de mamíferos marinos y las de tiburones, tortugas y rayas de todo el mundo.

Por otro lado, el aumento y la proliferación de infraestructuras de alta mar de gas y petróleo que se utilizan en las actividades mineras de exploración y extracción, también impactan de modo negativo sobre las ballenas y sus fuentes de alimento, debido a la gran contaminación acústica submarina y la que se origina debido a las fugas de petróleo.

El compromiso a imitar de algunos países latinoamericanos

Colombia, Ecuador, Panamá y Costa Rica firmaron un importante acuerdo ambiental para salvaguardar el corredor marino ubicado en el océano Pacífico que comparten y que incluye a sus territorios insulares.

Entre las islas más emblemáticas se encuentran las islas Galápagos en Ecuador, las islas Coco en Costa Rica, las Coiba en Panamá y las de Gorgona y Malpelo en el mar de Colombia. Todas ellas son hoy parques nacionales naturales o santuarios protegidos para la fauna y flora de sus respectivos países.

“Con la firma de este acuerdo , sellamos junto con los demás países firmantes, el compromiso de trabajar en un tratado internacional para establecer acciones efectivas y eficaces en esta área de vital importancia, en términos de pesca, biodiversidad y turismo. Las naciones firmantes establecerán una secretaría técnica permanente para avanzar en el trabajo colectivo hacia una figura internacional y poder mantener todo el corredor como una de las zonas marítimas más importantes de toda la tierra”, señalaron las autoridades colombianas que firmaron el acuerdo. 

Sin dudas un acuerdo que es un avance real y necesario que buscará proteger la rica y abundante biodiversidad del Caribe a la vez de proteger la ruta marítima de las ballenas.