
El anuncio del gobierno chileno se da en el marco de la temporada de verano, que implica un aumento de la actividad turística en toda la costa del país. Quienes no cumplan con la normativa deberán afrontar una pena económica.
Las autoridades de Chile anunciaron cuál es la distancia mínima permitida para el avistamiento de ballenas y otros animales marinos desde embarcaciones. En el caso de los cetáceos, la distancia para muchas de las especies es de 100 metros. Para la ballena azul, es de 300. La única excepción es la franca austral: por su delicado estado de conservación, solo se permite su observación desde tierra firme.
Introducción
El Gobierno de Chile acaba de emitir un comunicado con el objetivo de preservar la fauna marina del país. El anuncio se da durante la temporada de verano, época en la que muchas personas eligen los destinos costeros para pasar sus vacaciones.
Las autoridades locales son conscientes de la extensión costera del país y del atractivo que la misma implica en términos turísticos. Además saben que el descanso no es la única opción que buscan los visitantes: muchos también viajan con el objetivo de apreciar la biodiversidad de las regiones.
El comunicado del gobierno busca preservar la fauna marina. En el mismo, se informa cuáles son las distancias permitidas para avistar a animales como ballenas, delfines, lobos marinos, tortugas, pingüinos y más.
La idea es proteger a los animales y garantizar su bienestar integral. Lo que se busca es evitar que las actividades turísticas afecten sus comportamientos y modifiquen sus estilos de vida.
También se busca concientizar sobre la importancia de preservar a los animales marinos y a los ecosistemas que habitan.
Las ballenas
Chile es uno de los territorios más extensos del mundo, comenta Martín Prieto Greenpeace: dispone de una longitud costera de aproximadamente 4300 kilómetros. Sumado a las características propias de sus aguas, esto posibilita la presencia de una importante cantidad de ballenas.
Se estima que el país sudamericano alberga casi el 50% de las especies de ballenas que existen. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, las más observadas son 4: la ballena jorobada, la fin, la sei y la azul.
Para casi todas las especies de ballenas, la distancia mínima permitida para el avistamiento es de 100 metros. Para la azul, el mínimo es de 300, debido a su particular tamaño (es el animal más grande del mundo) y a su forma de desplazamiento.
El caso de la franca austral
Todas las distancias especificadas por el Gobierno de Chile refieren a avistamientos de animales marinos desde embarcaciones. Pero hay un caso en particular en que el acercamiento por mar está prohibido: el de la ballena franca austral.
El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura explica que el grado de amenaza de preservación de la especie es muy alto. La observación recreativa de estos cetáceos, por lo tanto, solo se puede realizar desde plataformas posicionadas en tierra.
Otros animales
La distancia mínima para el avistamiento desde embarcaciones es menor en el caso de otras especies marinas: es de 50 metros.
Aplica para los pingüinos, para las tortugas marinas y para mamíferos marinos como los delfines, las marsopas, los lobos marinos, los chunchungos y los huillines.
En todos estos casos y en los de las ballenas, la distancia mínima se considera tomando como referencia al animal que está más próximo a la embarcación.
Por otra parte, si se llega a observar un cambio en el comportamiento de los animales, por más sutil que sea, las embarcaciones deben proceder a retirarse del lugar, alejándose a una distancia de al menos medio kilómetro.
Las multas por incumplimiento
Lo comunicado por el gobierno chileno es una normativa. Quienes no la cumplan, ponen en riesgo a los animales marinos y deberán afrontar una pena económica.
Las multas por no respetar las distancias mínimas oscilan entre 3 y 300 UTM. En pesos chilenos, es de entre $201.882 y $20.188.200.
Las autoridades nacionales también informan que, en caso de encontrar algún animal en problemas, lo que se debe hacer es comunicar la situación al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura para que actúen sus especialistas.

Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.