En los mares y océanos de todo el mundo, vive un cetáceo muy bien conocido para el mundo científico y el literario, el cachalote. Un tipo de ballena a la que Moby Dick hizo famosa en la literatura, pero que cuenta con los más grandes récords alcanzados jamás en las profundidades marinas. Hoy con Greenpeace, te invitamos a descubrirlos. 

Los cachalotes son un tipo de cetáceo que se podría enorgullecer de un hito a nivel natural y mundial: son los animales que tienen el cerebro más grande del planeta. Esta ballena, de particular fisonomía y que inspiró al escritor Henry Melville para su libro Moby Dick, es una maestra en el arte de engullir calamares. Los científicos detallan que posee una voracidad única y temible, que no conoce límites a la hora de aplacar su apetito ya que ingiere más de una tonelada de calamares al día.

Para dar con sus ricos manjares, que incluyen además, una amplia variedad de animales de mar como rayas, pulpos y tiburones, pueden sumergirse hasta 2000 metros de profundidad en las aguas de las regiones donde han establecido sus poblaciones: desde los grandes océanos abiertos a mares parcialmente cerrados como el del Golfo de México, del Mediterráneo, el mar de Okhotsk, y el del Golfo de California. 

Por otro lado, se destacan por la potencia de los sonidos que emiten, considerados como los más potentes producidos jamás por un animal en el planeta.  Con sus pares, se comunican mediante unos sonidos que, según indican los científicos, son similares a unos chasquidos que funcionan como geolocalizadores y que también, les permiten conocer dónde están ubicados, exactamente, los enormes calamares sus presas preferidas, en aquellos momentos donde la visión se reduce en el mar profundo por falta de luz.

Los récords que ostentan los cachalotes

Los cachalotes son las ballenas de los grandes récords. Acumulan muchos : son los animales marinos con el cerebro más grande del planeta, los mamíferos dentados de mayor tamaño, los que aguantan más tiempo manteniendo la respiración (en apnea) y los cetáceos que más se distinguen entre sí con el sexo opuesto de su misma especie . Por ejemplo, los machos pueden medir hasta 20 metros, mientras que las hembras, deben conformarse con alcanzar apenas los 10. 

También, pueden llegar a vivir hasta los 70 años y han alcanzado como especie, algunos logros o hitos a nivel emocional. Las hembras han demostrado ser unas madrazas, protectoras y cariñosas, que acompañan en todo momento a sus crías procurando evitar largos recorridos. Los machos por su parte, se lanzan a la aventura de surcar los océanos desde muy temprana edad, entre los 4 y los 21 años. Por lo general, se internan solos a la hora de realizar las exploraciones pero, si tienen que acercarse a los polos, suelen hacerlo en manadas con otros machos jóvenes.

Aunque los cachalotes suelen alejarse de los barcos, en muy raras ocasiones ha ocurrido que han embestido a pequeñas embarcaciones. En este sentido, algunos biólogos marinos opinan que los cachalotes recuerdan las agresiones recibidas por los barcos en el pasado y se han vuelto hostiles, pero otros creen que sus colisiones son puramente accidentales.

Cinco datos interesantes que tenés que saber de los cachalotes

1- Los cachalotes poseen el cerebro y la cabeza más grande del planeta. Su cerebro es alrededor de cinco veces más pesado que el de una persona.

2- La ballena blanca más famosa de la literatura, Moby Dick se inspiró en dos cachalotes reales: una ballena que atacó y hundió el barco Essex y un macho adulto albino de nombre Mocha Dick. 

3-Los cachalotes fertilizan los océanos del planeta con sus heces, que flotan hacia la superficie y son consumidas por el fitoplancton.

4-El corazón de un cachalote adulto pesa más o menos lo mismo que dos humanos adultos medios , unos 125 kg aproximadamente.

5- Los cachalotes producen los sonidos más fuertes del océano. El nivel de presión sonora más alto jamás registrado por los científicos, es el de un cachalote que nadaba en la costa del norte de Noruega. El único chasquido registrado alcanzó los 235 (dB re 1 μ Pa), lo que equivale a la presión sonora emitida por el cohete Saturno V que se escucha a una distancia de un metro (3 pies). Esta grabación fue evidencia para la hipótesis del “Big Bang” del mundo marino, que afirmaba que los cachalotes podían aturdir gravemente o incluso matar a sus presas con el sonido.