La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) determina cuál es el estado de conservación de los cetáceos. El mismo incluye distintas categorías, que van desde “estado crítico” a “preocupación menor”.

El estado de las ballenas en general es delicado debido a varios factores. La contaminación química y acústica, las colisiones con barcos y la crisis climática son algunos de ellos. Sumado al historial de caza indiscriminada que las diezmó, muchas especies aún corren riesgo de extinción.

¿Cuántas especies de ballenas existen?

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su nombre en inglés) indica que existen más de 80 especies de cetáceos, sumando ballenas, delfines y marsopas.

Las ballenas se dividen en dos grandes grupos. Por un lado, están las barbadas, también conocidas como misticetos, que reciben este nombre por tener barbas y no dientes.

Este grupo, a su vez, está compuesto por cuatro grandes familias de ballenas: las francas, los rorcuales, la franca enana y la gris.

En segunda instancia se encuentran los odontocetos que, a diferencia de las otras, sí poseen dientes. Los cachalotes, los zifios, el narval y la beluga son algunas de las tantas especies que se encuentran dentro de este grupo.

¿Qué dice la UICN?

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es una organización que evalúa el estado del mundo natural y que determina cuáles son las mejores medidas para protegerlo.

Una de las cosas que evalúa es el estado de conservación de los animales. Su criterio es lo que permite saber cuáles son las especies de ballenas que corren mayor riesgo de extinción.

Trabaja con tres grandes categorías: Preocupación Menor, Amenazado y Extinto. La segunda, a su vez, se divide en tres subcategorías: Vulnerable, En peligro y Crítico.

¿Cuál es la especie en estado crítico?

Según la UICN, la especie de ballena que mayor riesgo corre de desaparecer es la franca glacial.

También conocida como ballena de los vascos, habita en el Océano Atlántico Norte y el total de su población es alarmante: en 2017, el Departamento de Pesca y Océano de Canadá afirmaba que quedaban apenas unos 500 ejemplares a nivel mundial.

Todo sobre las ballenas en estado de amenaza

La situación de la ballena franca del Pacífico Norte es apenas mejor que la de la franca glacial. Sin embargo, no deja de correr riesgo, ya que se encuentra en peligro. Lo mismo ocurre con la ballena azul y el rorcual boreal. 

El rorcual común (ballena de aleta), el cachalote y la franca austral son especies cuyo estado de conservación es definido como vulnerable. El caso de esta última sirve como ejemplo de que no solo hay que considerar la cantidad de ejemplares que quedan, sino que también hay que tener en cuenta otras variables.

El área de Parques Nacionales del Gobierno de Argentina, por ejemplo, expresa que antes de la caza indiscriminada existían unas 100 mil francas australes, y que en la actualidad quedan alrededor de 7 mil.

En resumen, importa la cantidad de ballenas que quedan, pero también la capacidad de cada especie de recuperar sus poblaciones.

Algunas consideraciones

Que el estado de una especie sea calificado como de preocupación menor no significa que su conservación deba ser descuidada. Es el caso del narval, la beluga, la ballena de Groenlandia, la gris, la jorobada y el rorcual tropical.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que existen muchas especies de la que no existen datos suficientes como para identificar su estado de conservación. Es lo que ocurre con la ballena franca enana, con el cachalote enano, con el pigmeo y con el rorcual de Bryde.

Por último, cada una de las categorizaciones se realizó tomando como parámetro estimaciones de distintos años, por lo que puede que en la actualidad se presenten algunas modificaciones.

¿Cuáles son las amenazas?

La caza con fines comerciales fue un flagelo al que las ballenas se enfrentaron durante siglos, sobre todo durante el XIX y el XX.

A mediados del siglo pasado se comenzó a trabajar en la protección de estos cetáceos, logrando que algunas especies esquivaran el destino de extinción. En la actualidad, las ballenas ya no son cazadas a gran escala, pero su integridad se ve amenazada por distintos factores.

Las capturas accidentales y las colisiones con embarcaciones son algunos de los más importantes. La contaminación química y acústica también afecta a las ballenas, de la misma manera en que lo hace la crisis climática y el calentamiento global.

Conservar a estos mamíferos marinos es mucho más que cuidarlos: implica proteger y tomar medidas sobre el ecosistema en general que habitan y sobre aspectos como sus fuentes de alimentación.

🌊🐋 ¡Protejamos a las ballenas! Los gigantes del océano se encuentran en peligro y necesitan de nuestro cuidado para sobrevivir.

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