La franca del Atlántico Norte no es la única: muchos mamíferos, incluso los terrestres, desarrollan métodos para evitar ser advertidos por otros animales que podrían cazarlos.
La ballena franca del Océano Atlántico Norte posee un particular método para proteger a sus crías de depredadores potenciales. Lo que hace es emitir señales acústicas más débiles para no llamar la atención de orcas y tiburones. Los investigadores que estudiaron el fenómeno afirmaron que las jorobadas y las francas australes también hacen lo mismo.
Una cuestión de supervivencia
La caza indiscriminada durante siglos y la contaminación global son algunos de los factores que explican por qué casi todas las especies de ballenas enfrentan una crisis de supervivencia.
La ballena franca del Atlántico Norte es una de las más afectadas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) indica que se encuentra en peligro crítico de extinción.
Un informe publicado en 2019 afirma que quedan apenas 500 ejemplares de esta especie. Cada una de las muertes que se produce en la población implica una dura pérdida. La manera en la cual los propios cetáceos se preservan, a su vez, se presenta como objeto de investigación.
Las amenazas para las crías de los mamíferos
El estudio en cuestión fue publicado en la revista Biology Letters, de The Royal Society. Los investigadores partieron de una realidad que es propia de todos los mamíferos, incluso los terrestres: que las crías son más propensas a sufrir ataques por parte de depredadores.
También se explica que los mamíferos con crías dependientes recurren a distintos tipos de cripsis, que son comportamientos con los cuales buscan pasar inadvertidos ante los sentidos de otros animales.
En base a lo anterior, decidieron centrar la investigación en el accionar protector de las ballenas francas del Atlántico Norte. Lo que estudiaron fue el comportamiento de parejas madre-cría y la manera en que se manifiesta la actitud críptica, en este caso en lo acústico.
Las claves de la investigación
La recopilación de datos se llevó a cabo en 2006 y entre los años 2014 y 2016. La región, una zona de reproducción de las ballenas ubicada en las aguas del sureste de los Estados Unidos, sobre las costas de Georgia y Florida.
El estudio partió de la comparación de las parejas madre-cría con otros grupos demográficos en el mismo hábitat, en especial ballenas juveniles y embarazadas.
Los resultados muestran que las francas madres generaron una mayor proporción de señales acústicas más débiles que las embarazadas o las juveniles.
Se trata de señales menos ruidosas y de menor amplitud. Por lo tanto, se propagan a menor distancia en el agua.
Los investigadores recordaron que esto mismo ya se había identificado en poblaciones de ballenas jorobadas y francas australes. Sin embargo, hay una gran diferencia: las francas del Atlántico Norte también modifican su repertorio.
En otras palabras, no solo cambian la intensidad y la amplitud, sino que incluso apelan a distintos tipos de mensajes.
¿Cuáles son los principales depredadores?
Los tiburones y las orcas acechan las aguas en las que se reproducen las ballenas francas del Atlántico Norte e incluso están implicadas en una buena parte de la tasa de mortalidad de las crías.
Las madres apelan a la cripsis acústica para no llamar la atención de los depredadores. Los científicos explican que, en condiciones normales, las señales acústicas se propagan a lo largo de unos mil metros.
No obstante, los cetáceos con ballenatos de hasta tres meses de edad se comunican con señales que se expanden apenas por cien metros.
¿Por qué es necesario seguir investigando?
Las ballenas dependen de señales acústicas para comunicarse. Al tener que modificar su manera de expresarse, no solo evaden a los potenciales depredadores, sino que también se exponen a no “hablarse” entre sí.
Se trata de dos variables que son fundamentales a la hora de pensar en la supervivencia de estos cetáceos que se encuentran en peligro crítico de extinción.
A pesar de los aportes realizados con su trabajo, los autores del estudio remarcan la necesidad de seguir investigando la producción de señales en ballenas barbadas y otras subespecies.
A nivel general, es necesario generar conciencia respecto al grave riesgo que corren las francas del Atlántico Norte y trabajar para reducir problemáticas tales como la contaminación química y sonora.
🐋 Un equipo de investigadores aportó datos asombrosos acerca de cómo las ballenas francas del Atlántico Norte protegen a sus crías recién nacidas de la amenaza de potenciales depredadores.
🎶 La clave está en la manera de comunicarse: lo hacen emitiendo señales acústicas más bajas y de menor amplitud.
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Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.