Andrea Bonilla forma parte de un equipo de científicos que estudia a las jorobadas en la Antártida. El impacto de la actividad humana en la región y la contaminación química y sonora son algunas de las variables que se tienen en cuenta en las investigaciones.

Las ballenas jorobadas se reproducen y crían a sus ballenatos en las aguas del Pacífico que bañan las costas de Colombia. Durante el verano austral, migran hacia la Antártida para alimentarse. Científicos de este país sudamericano estudian sus comportamientos en el sur y trabajan en propuestas para la conservación de los cetáceos.

Una nueva expedición

El 14 de diciembre de 2023, el buque ARC Simón Bolívar, perteneciente a la Armada de Colombia, partió desde el puerto de Buenaventura rumbo a la Península Antártica.

Se trata de la décima expedición que este país realiza a la Antártida con fines científicos. El objetivo de entrada era el de permanecer en la región durante todo el verano austral para llevar a cabo distintas investigaciones.

El comportamiento del nivel del mar, la problemática de los microplásticos y el ruido oceánico fueron algunos de los ejes de investigación. También se realizaron estudios sobre los mamíferos marinos, en especial la ballena jorobada, cetáceo cuya ruta migratoria va desde Colombia hasta la Antártida.

La labor de Andrea Bonilla

El buque llevó a bordo más de 20 científicos y 40 investigadores. Entre ellos se encontraba Andrea Bonilla, bióloga colombiana que se desempeña en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos.

Bonilla forma parte de un equipo de científicos que estudia a las ballenas jorobadas desde hace 11 años. El objetivo principal de su trabajo consiste en obtener la mayor información posible de cara a la conservación de los cetáceos.

El hidrófono

Una de sus áreas de investigación es la de los sonidos que tienen lugar en las profundidades de las aguas antárticas. Para esto se vale de un hidrófono, es decir, un micrófono de gran potencia que capta una frecuencia que va de los 0 hertz a los 128 kilohertz.

El hidrófono registra movimientos telúricos y a las ballenas que vocalizan en frecuencias bajas, entre otras cosas. Con este material, lo que se busca es comprender los patrones de comportamiento de los cetáceos. También estudiar los desplazamientos que se dan en la región durante el invierno austral, temporada en la cual las ballenas migran hacia el Ecuador y la Antártida se vuelve inhabitable.

En la misión más reciente, Bonilla y su equipo recogieron los micrófonos que habían dejado un año atrás, en una expedición anterior. Por lo pronto, falta el análisis de la información y que se compartan las observaciones obtenidas.

El inventario de una década

La observación directa es otro de los métodos de estudio que utiliza la bióloga colombiana. A lo largo de los años, tanto ella como los investigadores que la acompañan han logrado registrar un total de 70 ballenas jorobadas en las aguas antárticas.

La clave se encuentra en el registro fotográfico de las colas de los cetáceos. Bonilla explica que la coloración y los patrones de cada una (marcas, cicatrices) son únicos, lo que permite identificar a cada individuo observado.

Este estudio, a su vez, hace posible un mayor conocimiento acerca de las dinámicas poblacionales de las jorobadas. Cuáles son sus patrones migratorios, cómo se reproducen, de qué manera crecen y demás.

Una propuesta continental

Bonilla compartió que uno de los objetivos que manejan es el de desarrollar un inventario colombiano de ballenas jorobadas. 

El plan es aún más grande. La idea es que este inventario se complemente con los de otros países de manera tal que se cree un mapa continental. 

La conservación de las ballenas también requiere del cuidado del área en el que se alimentan durante el verano austral. Al respecto, la científica explicó que la información obtenida con sus investigaciones sirve para apoyar una importante propuesta: la de que la zona en la que trabajan, en la Península Antártica, se vuelva un área marina protegida.

Se trata en definitiva de apoyar el pedido con argumentos contundentes. De dar cuenta de por qué es necesario e importante que las ballenas y demás seres vivos del ecosistema marino dispongan de un espacio de dichas características.

🐋🌊 Las ballenas jorobadas constituyen uno de los espectáculos naturales más fascinantes de Colombia. Pero, durante el verano austral, recorren una importante distancia hasta la Antártida para alimentarse.

🌏🔍 Hacia allí viajan Andrea Bonilla y otros investigadores colombianos. Su objetivo es conocer más sobre los cetáceos para trabajar en nuevas formas de conservación. ¡Descubre las claves en nuestro nuevo texto!

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