El sorprendente avistaje de Ballenas Azules en las aguas de las Islas Georgias del Sur es recibido por los científicos con alegría y asombro. Se cree que es un índice claro de la recuperación poblacional de la especie.

Los biólogos marinos que estudian las poblaciones de cetáceos del Atlántico Sur están muy conmovidos y esperanzados por el avistaje de numerosos ejemplares de ballenas azules en las aguas cercanas a las áreas de las Islas Georgias del Sur.

Los científicos han relevado a comienzos de este 2023 un total de 58 ballenas azules, un hecho que han considerado “asombroso y esperanzador”, ya que no se habían registrado avistajes en esa región desde hacía largo años.

Según su percepción y datos de archivo recolectados por más de 30 años, la presencia de la ballena azul en estas aguas no es un hecho extraño. Según indican las fuentes, las aguas del Pacífico Sur, eran zonas conocidas por esta especie de cetáceos que en el tiempo, por circunstacias desconocidas, dejaron de aparecer por estas aguas. Los científicos estiman que esta novedosa presencia implicaría un probable regreso de los cetáceos a esta antigua zona subantártica de su conocimiento.

Antiguo epicentro de la caza ballenera comercial

En el hemisferio Sur , las remotas aguas de las Islas Georgias del Sur, se han hecho famosas a lo largo de la historia por ser la zona principal y predilecta para las actividades de caza comercial ballenera, sobre todo en los comienzos del siglo XX. 

Los buques de caza,con sus descomunales arpones de puntas de granada, dieron muerte a centenares de miles de ballenas azules hasta diezmar a la población. En el punto más cruel de la cacería marina se daba muerte a un promedio de 3.500 ejemplares al año.

Pero, no sólo las ballenas fueron víctimas de la caza,sino que muchos animales, como los elefantes marinos también fueron diezmados. Sin embargo, estos pudieron recuperarse con éxito y salir prontamente de su crítica situación , y las ballenas azules no. 

Luego de que se decretara el fin de la caza comercial de ballenas a nivel internacional, la lamentable ausencia de su majestuosidad en las aguas, mucho después de que terminara la caza comercial en la región, desalentó a los biólogos marinos de poder volver a verlas y menos aún en cantidades significativas . 

Un recorrido guardado en la ‘memoria cultural’ de las ballenas

Para la Dra Sussanah Calderon, bióloga marina de Oxford University , es muy probable que las ballenas azules luego que su población colapsara; los ejemplares que lograron escapar de las garras de los buques balleneros simplemente, hayan perdido la memoria cultural que les indicaba las aguas de las Islas Georgias del Sur eran una zona apta para su estancia y la recolección de alimento. 

La clave, para la Dra Calderon, radica en que esta zona del Atlántico Sur es un área que se encuentra incluída en la ruta de migración de una gran cantidad de animales marinos, como los son las masas de crustáceos que navegan las aguas desde la región Antártica. Entre esta abundancia , se encuentran los kriles, unos pequeños animales marinos que son el alimento preferido de las ballenas. Pero, debido a la circunstancia de que durante largo tiempo hubo tan pocas ballenas azules en las aguas, pareciera ser que el conocimiento de esta zona de recursos alimenticios no se haya transmitido a las generaciones siguientes y ahora, las ballenas la están ‘redescubriendo’. 

Entonces quizás ahora han vuelto a descubrir esta “despensa”, especula Susannah Calderan.

La dra Calderon afirma que “Las aguas ricas en recursos de las Islas Georgias del Sur, han sido en el pasado y siguen siendo hoy, una zona de excelencia por la calidad nutritiva del alimento disponible para las ballenas.Las ballenas no dejaron de venir porque no había alimento, sino porque no conocían la existencia de alimento por estas zonas”. 

La científica sostiene junto a sus colegas que “No creemos que este hecho sea un fenómeno ocasional, sino que se estima que volveremos a ver ballenas azules en las siguientes temporadas . Ahora , en lo que necesitamos enfocarnos es en descubrir cómo hicieron estas ballenas azules para ‘recordar’ volver a las aguas de las Islas Georgias del Sur nuevamente”.