Brasil realizó un estudio con el fin de determinar la fauna que se encuentra en peligro. Las ballenas jorobadas fueron calificadas como “casi amenazadas” y las francas australes, como “en peligro”.
El avistamiento de ballenas como atractivo turístico ocupa un lugar importante en Brasil. Las jorobadas y las francas australes son las dos especies que visitan las aguas de este país para reproducirse. Las embarcaciones deben cumplir con distintas condiciones con el fin de garantizar el cuidado de los cetáceos.
La historia del avistamiento de ballenas en Brasil
Se trata de un fenómeno que data de finales de la década de 1980. La Comisión Ballenera Internacional (CMS, por su nombre en inglés -International Whaling Commission-), ubica el punto de partida en 1988. El lugar, el Parque Nacional Marino de Abrolhos, en el Estado de Bahía.
Las primeras excursiones de observación tuvieron a las ballenas jorobadas como grandes protagonistas. Se trata de una especie de cetáceo que navega por aguas polares durante la temporada de alimentación y que se dirige hacia zonas tropicales y subtropicales para reproducirse y criar a sus ballenatos.
Años más tarde, en la década de 1990, comenzó en el Estado de Santa Catalina el avistamiento de ballenas francas australes. La región se ubica hacia el sureste de Brasil, lo que explica la presencia de estos cetáceos que no navegan por el mismo tipo de agua que las jorobadas.
Con el paso del tiempo el fenómeno creció y se multiplicaron los espacios costeros destinados a la observación de las ballenas. En paralelo, aumentó la creación de áreas protegidas y la aplicación de políticas para proteger a los animales.
La ballena jorobada de Brasil
La CMS indica que este cetáceo se encuentra en la categoría de “casi amenazado” en lo que se refiere al estado de conservación nacional según Brasil.
La definición fue hecha por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). Al respecto, se sabe que la población de las jorobadas crece muy lentamente. Sin embargo, el total dista mucho de las que existían antes de la caza indiscriminada.
También conocida como yubarta, la jorobada cuenta con dos áreas protegidas a su disposición: el Parque de Abrolhos y la Reserva extractiva de Cassurubá.
En el estado de Bahía, algunos de los destinos ideales para avistarla son Praia do Forte, Salvador, Barra Grande, Itacaré, Porto Seguro, Prado, Cumuruxatiba y Caravelas. Además, se pueden ver en Vitória, en el Estado de Espíritu Santo.
En cuanto a la temporada donde mayor cantidad de ejemplares se pueden encontrar, es la que va desde julio a noviembre.
¿Cuál es la situación de las ballenas francas australes?
La Eubalaena australis se encuentra en un estado más delicado y su especie está considerada como “en peligro”.
Cuenta con un área protegida que fue creada en el año 2000. En Santa Catalina se puede avistar desde las zonas de Garopaba, Imbituba y Farol de Santa Marta.
Al igual que las jorobadas, las francas australes se observan en mayor cantidad entre los meses de julio y noviembre.
Políticas de protección a los cetáceos
Brasil cuenta con una ley que prohíbe la caza de los cetáceos y el hostigamiento en las aguas nacionales. Al mismo tiempo, dispone de un Edicto en el que aclara cuáles son las pautas a cumplir a la hora del avistamiento.
Algunas de las condiciones que se deben cumplir son:
- Las embarcaciones no pueden acercarse con el motor en marcha a menos de 100 metros de distancia de los cetáceos (también aplica para cachalotes y orcas).
- Tras haber avistado a los animales, el motor se puede prender superados los 50 metros de distancia.
- Por más que se respeten las distancias, una embarcación no puede perseguir a los cetáceos con el motor prendido por más de media hora.
- No se debe interrumpir, ni modificar ni alterar las rutas de los mamíferos marinos.
- Se deben evitar los ruidos excesivos cuando la distancia respecto a los animales es menor a los 300 metros.
- No se pueden acercar a los cetáceos más de dos embarcaciones al mismo tiempo.
¿Cuáles son las amenazas que se enfrentan en el presente?
Por más cuidados y políticas de conservación que se apliquen, las ballenas continúan siendo objeto de diversos peligros.
En Brasil la situación no es diferente a la del resto del mundo. Los cetáceos son amenazados por la crisis climática, el calentamiento global, la contaminación química y sonora, y los choques con embarcaciones. La extracción de gas y petróleo en las costas también supone un serio peligro.
Por todo esto, cuidar las condiciones en que se realiza el avistamiento de ballenas es más que necesario. Para preservarlas y respetarlas en su propio hábitat y para no generar una molestia más a todas las que ya deben tolerar.
🐋 Brasil cuenta con sus propias políticas y normas en materia de avistamiento de ballenas. El objetivo es brindar un atractivo turístico sin que los cetáceos sean amenazados u hostigados por las embarcaciones.
🌍 Las jorobadas y las francas australes son las dos especies que navegan por aguas brasileñas. Ambas se encuentran en un estado delicado y requieren de medidas para su preservación.
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Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.