Revelaciones clave en biopsias de ballenas, alertaron a la comunidad científica del impacto letal que los plásticos causan en los sistemas vitales de los cetáceos: detectaron la presencia de microplásticos adheridos a sus tejidos orgánicos. 

La comunidad científica internacional ha lanzado en el último tiempo un alerta urgente respecto de la crítica situación que vive la biodiversidad marina a causa del flagelo de la contaminación plástica. Se conoce de modo fehaciente que aproximadamente 400 especies de peces de mar ingieren hoy una cantidad peligrosa de microplásticos. Dependiendo de su especie y de la estrategia puntual de alimentación, se calcula por ejemplo, que las ballenas barbadas son capaces de ingerir en promedio, entre 200.000 y 10 millones de partículas de microplástico por día que les llega por intermedio de su alimento diario, de sus presas. 

La dramática realidad que viven los océanos es acallada o simplemente ignorada, pero lo cierto, es que la contaminación por plásticos en el medio marino es un flujo dinámico e incesante que continúa aumentando a escala escalofriante en todo el planeta. Se calcula que cada año, en todo el mundo, 8,75 millones de toneladas son vertidas al mar, causando daños permanentes o insalvables para los ecosistemas marinos. 

Ocurre ahora que la magnitud de la contaminación plástica es tan atroz, que ya ha comenzado a afectar también a las sociedades y a sus economías. Los microplásticos han pasado a conformar parte de la dieta del hombre que los recibe por medio de sus exquisitos platos con sabor a mar. De hecho, ya se ha verificado de modo fehaciente, la ingestión de microplásticos en más de 1.288 especies marinas que son consumidas de modo regular por el hombre alrededor del mundo. 

Qué ocurre cuando ballenas y delfines ingieren microplásticos

Un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature Communications en 2022, reveló datos impactantes y no menos tristes. El artículo afirma que una ballena azul que se alimenta mediante filtración podría estar ingiriendo poco más de 400 kilogramos al día de desechos plásticos . Estos son consumidos mientras filtra entre sus barbas a las pequeñas criaturas que absorbe con la columna de agua.

Por otro lado, el informe sostiene que las ballenas en general, independientemente de cual sea su sistema de alimentación, así como también los delfines que comen peces y otros animales de mayor tamaño también podrían estar asimilando en su organismo a niveles alarmantes, las cantidades de plástico fue acumulado en los animales que comen, según explicó el Dr Paul Merrill, biólogo marino y especialista en cetáceos. ”Hemos visto con alegría , que la mayor parte de los microplásticos que son ingeridos por los delfines pasan de largo por los intestinos y se excretan.Si bien, esto es una muy buena noticia para la salud de los delfines, no podemos descartar que algunos también pueden llegar hasta los tejidos del animal” añadió Merrill

El Dr Merrill , como científico y amante del mar y su biodiversidad es uno de los tantos expertos que busca llamar la atención de empresarios y autoridades gubernamentales para dar cuenta del flagelo que viven las especies del mar y que no tardará en impactar en el hombre y sus economías. “Esta dramática situación, resalta la urgente necesidad de poner freno a la contaminación plástica de los océanos. Esta situación se viene dando desde hace mucho tiempo atrás, dado que las muestras de ballenas biopsiadas datan del año 2001. Es hora de ver la gravedad del problema y tomar cartas en el asunto. El hombre puede quedarse sin el océano y sus recursos, mucho antes de lo imaginado,afectando con ello su propio bienestar y poniendo en riesgo su subsistencia” concluyó Merrill. 

El estudio en base a muestras biopsiadas de ballenas y delfines encontrados sin vida en las costas de los EEUU fue realizado por un prestigioso equipo de investigadores y lleva la firma de los hombres de ciencia más destacados de hoy: los doctores Ludovicl Hermabecielev, Chelsea Roshmanby y Douglas Novaceki. Este equipo de científicos y biólogos pertenecientes a las casas de estudio más importantes del planeta, sostienen que en el mediano plazo, de no tomarse medidas urgentes, la fauna marina y su rica biodiversidad entrarán en un verdadero colapso. La decisión de que esto no ocurra está en manos de todos.