La vida de una ballena es un tema muy interesante y complejo que ha sido investigado por muchos científicos y biólogos a lo largo de los años. Existen diferentes métodos y técnicas para estudiar a estos mamíferos marinos. Alguno de ellos es:

  • La foto identificación: consiste en tomar fotografías de las ballenas desde el aire o desde el agua, y analizar sus características distintivas, como el color, el tamaño, las marcas, las cicatrices o los callos. Así, se puede reconocer a cada individuo y seguir su trayectoria, su comportamiento, su reproducción y su salud.
  • La ecolocalización: consiste en grabar y medir los sonidos que emiten las ballenas para orientarse, comunicarse y localizar a sus presas. Estos sonidos pueden variar según la especie, el sexo, la edad y el contexto. Así, se puede aprender más sobre la biología acústica, la ecología y la sociabilidad de las ballenas.
  • El rastreo satelital: consiste en colocar dispositivos electrónicos en las ballenas que transmiten información sobre su ubicación, su velocidad, su profundidad y su temperatura. Estos dispositivos pueden ser implantes subcutáneos o etiquetas externas que se adhieren a la piel o a la aleta dorsal. Así, se puede conocer más sobre los patrones de movimiento, las rutas migratorias y el uso del hábitat de las ballenas.
  • El análisis genético: consiste en extraer muestras de tejido o de fluidos corporales de las ballenas, como la piel, la sangre, el esperma o el moco. Estas muestras se pueden obtener mediante biopsias, arpones o drones. Así, se puede determinar el ADN de cada ballena y estudiar su diversidad genética, su parentesco, su evolución y su conservación.

Estos son algunos de los métodos más utilizados para investigar la vida de una ballena, aunque hay muchos más.

Una historia para recordar: así fue la investigación de una ballena jorobada

Entre tantas, así fue la investigación de una ballena en particular. Se realizó por científicos sobre la ballena jorobada conocida como Salt, una de las más famosas y estudiadas del mundo.

Salt es una hembra que fue identificada por primera vez en 1976 por el equipo del Centro de Estudios Costeros (CCS) en Massachusetts, Estados Unidos. Su nombre se debió a las manchas blancas que tenía en la parte superior de su cola, recordando a los cristales de sal.

Salt ha sido vista casi todos los años desde entonces, tanto en las aguas del Atlántico Norte, donde se alimenta en verano, como en el Caribe, donde se reproduce y cría a sus crías en invierno.

Salt ha tenido al menos 14 crías, algunas de las cuales también han sido foto identificadas y nombradas por los científicos. Una de ellas es Crystal, que nació en 1980 y fue la primera cría conocida de Salt.

Otra fue Colt, que nació en 1992 y fue la primera cría macho de Salt. La investigación sobre Salt y su familia ha aportado información valiosa sobre la biología, el comportamiento, la ecología y la conservación de las ballenas jorobadas.

Por ejemplo, se ha podido estimar la edad de madurez sexual, la tasa de reproducción, la longevidad, el tamaño poblacional, el grado de parentesco y la estructura social de estas ballenas. También se ha podido documentar el impacto de las amenazas humanas, como las colisiones con embarcaciones, las redes de pesca o el cambio climático.

Hoy en día, Salt es considerada una embajadora de su especie y un símbolo de esperanza para la recuperación de las ballenas jorobadas, que estuvieron al borde de la extinción por la caza comercial.

Gracias a los esfuerzos de conservación y a la colaboración internacional, las ballenas jorobadas han aumentado su número y se han expandido su rango geográfico. Sin embargo, aún siguen enfrentando muchos desafíos y por ello necesitan ser protegidas.

Conocer la historia de Salt ayuda a la contribución de la ciencia y a la conservación de todas las ballenas.

¿Qué investigan en particular los científicos de las ballenas?

Los científicos que investigan a las ballenas se interesan por diversos aspectos de su biología, su ecología, su comportamiento, su evolución y su conservación. Algunos de los temas que investigan en particular son:

  • La identificación de las ballenas mediante sus características físicas, como el color, el tamaño, las marcas, las cicatrices o los callos. Esto les permite reconocer a cada individuo y seguir su trayectoria, su reproducción, su salud y su relación con otros ejemplares.
  • La comunicación de las ballenas mediante los sonidos que emiten, como los clics, los silbidos, los chirridos o los cantos. Estos sonidos pueden variar según la especie, el sexo, la edad y el contexto. Esto les permite aprender más sobre la biología acústica, la sociabilidad y la inteligencia de las ballenas.
  • El movimiento de las ballenas mediante dispositivos electrónicos que transmiten información sobre su ubicación, su velocidad, su profundidad y su temperatura. Esto les permite conocer más sobre los patrones de migración, las rutas, el uso del hábitat y la adaptación al cambio climático de las ballenas.
  • La genética de las ballenas mediante muestras de tejido o de fluidos corporales, como la piel, la sangre, el esperma o el moco. Esto les permite determinar el ADN de cada ballena y estudiar su diversidad genética, su parentesco, su evolución y su conservación.
  • La salud de las ballenas mediante el análisis de sus exhalaciones o mucosidades. Esto les permite medir con precisión los niveles hormonales, el metabolismo, el estrés y la presencia de contaminantes en las ballenas.

Estos son solo algunos ejemplos de lo que investigan los científicos de las ballenas, pero hay muchos más.