Según el orden de los cetáceos, existen cerca de 86 especies de ballenas, delfines y marsopas.

Por un lado, están los odontocetos son los más numerosos y diversos, con unas 76 especies que incluyen a los delfines, las orcas, los cachalotes, los narvales y los zifios. Estos animales tienen dientes que usan para capturar y masticar a sus presas, como peces, calamares y focas. También tienen un sistema de ecolocalización que les permite orientarse y comunicarse bajo el agua.

Por otro, están los misticetos son los más grandes y majestuosos, con unas 10 especies que incluyen a las ballenas azules, las ballenas jorobadas, las ballenas grises y las ballenas francas. Estos animales tienen barbas o fanones que les sirven para filtrar el agua y retener el alimento, como el plancton y el krill. También tienen un sistema de vocalización que les permite emitir sonidos complejos y variados.

¿Cuál es la ballena más grande del mundo?

La ballena más grande del mundo es la ballena azul (Balaenoptera musculus), que puede llegar a medir hasta 30 metros de longitud y pesar hasta 200 toneladas. Se trata del animal más grande que ha existido en la historia de la Tierra, superando incluso a los dinosaurios. 

La ballena azul se alimenta principalmente de krill, un pequeño crustáceo que filtra con sus barbas o fanones. Actualmente, se estima que hay entre 5.000 y 12.000 ejemplares en todo el mundo.

¿Cuántos delfines existen?

Los delfines, al igual que las ballenas, son mamíferos marinos que pertenecen al orden de los cetáceos, pero a la familia de los delfínidos. Estos animales se caracterizan por tener un cuerpo hidrodinámico, una cabeza con un pico largo y una aleta dorsal prominente. 

Se alimentan de peces, calamares y crustáceos, que capturan con sus dientes cónicos. Se comunican entre sí mediante sonidos, gestos y contactos físicos. Son animales inteligentes, sociales y lúdicos.

Existen alrededor de 40 especies de delfines en el mundo, que se clasifican en dos grupos principales: los delfines oceánicos y los delfines de río. Los delfines oceánicos son los más numerosos y diversos, y habitan en todos los océanos y mares del planeta. 

Algunas de las especies más conocidas de este grupo son el delfín común, el delfín mular, el delfín listado, el delfín manchado, el delfín oscuro y el delfín irrawaddy. Los delfines de río son menos abundantes y variados, y habitan en algunos ríos de Asia, África y América del Sur. Algunas de las especies más destacadas de este grupo son el delfín del Amazonas, el delfín del Ganges, el delfín del Yangtsé y el delfín del Indo.

La población total de delfines en el mundo es difícil de estimar. Eso depende de muchos factores, como la especie, el hábitat, la temporada y el método de conteo. No obstante, algunos estudios han intentado hacer una aproximación basada en censos aéreos o marítimos. 

Según estos estudios, se calcula que hay entre 5 y 10 millones de delfines oceánicos y entre 10 y 20 mil delfines de río en el mundo.

Los delfines son animales fascinantes como las ballenas, que despiertan la admiración y el interés de muchas personas. Asimismo, son animales vulnerables, que enfrentan varias amenazas para su supervivencia, como la caza furtiva, los enredos con artes de pesca, las colisiones con embarcaciones, el cambio climático y la contaminación acústica. 

Por eso, es importante proteger a los delfines y su hábitat, como a las ballenas, respetando su espacio, observando su comportamiento y apoyando su conservación.

¿Por qué cazaban ballenas en el pasado?

La caza de ballenas en el pasado se realizaba por diferentes motivos, según la época y el lugar. Algunos de los principales usos que se les daban a las ballenas eran:

  • La carne: la carne de ballena era una fuente de alimento para muchas comunidades costeras, sobre todo en regiones frías o aisladas, donde escaseaban otros recursos. La carne de ballena también se exportaba a otros países, donde se consumía fresca, salada o ahumada.
  • El aceite: el aceite de ballena se obtenía de la grasa o el espermaceti de los cetáceos, y se usaba para la iluminación, la lubricación, la fabricación de jabón, velas, pinturas y explosivos. El aceite de ballena fue muy demandado durante la revolución industrial y las guerras mundiales.
  • Los huesos: los huesos de ballena se empleaban para hacer diversos objetos, como herramientas, armas, muebles, instrumentos musicales, joyas y corsés. Los huesos de ballena también se usaban como fertilizantes o combustibles.
  • Las barbas: las barbas o fanones son unas estructuras que tienen algunas ballenas en la boca para filtrar el alimento. Las barbas se usaban para hacer cepillos, sombreros, paraguas y otros artículos flexibles.

Estos son algunos de los motivos por los que se cazaban ballenas en el pasado. Sin embargo, esta actividad tuvo un gran impacto negativo en las poblaciones de cetáceos, que disminuyeron drásticamente hasta el punto de poner en peligro su supervivencia. 

Por eso, en 1986 se prohibió la caza comercial de ballenas a nivel internacional, aunque algunos países siguen practicándola con fines científicos o culturales.

¿Cuántas ballenas se cazaban al año?

La caza de ballenas es una actividad que ha causado un gran impacto en las poblaciones de estos mamíferos marinos a lo largo de la historia. El número de ballenas cazadas por año ha variado según la época, el lugar, la especie y la demanda de sus productos. 

Según los datos obtenidos, algunos ejemplos de la cantidad de ballenas cazadas por año son:

  • En el siglo XVII, los balleneros vascos cazaban unas 2000 ballenas al año en el golfo de Vizcaya.
  • En el siglo XIX, los balleneros estadounidenses cazaban unas 10000 ballenas al año en el océano Pacífico.
  • En la década de 1930, los balleneros de varios países cazaban más de 50000 ballenas al año en todo el mundo.
  • En 1986, la Comisión Ballenera Internacional prohibió la caza comercial de ballenas, pero algunos países siguieron cazando con fines científicos o culturales. Por ejemplo, en 2019, Japón estableció una cuota de 227 ballenas para ese año.