Además de las ballenas, hubo otros animales que evolucionaron a partir de mamíferos con pezuñas. Ellos son los manatíes, los delfines y los hipopótamos. Estos animales comparten un ancestro común que vivió hace unos 60 millones de años. Tenían características de ungulado, es decir, un mamífero con cascos o pezuñas en las extremidades.

Por su parte los manatíes son los mamíferos marinos más antiguos que existen. Se cree que estos animales evolucionaron a partir de mamíferos ungulados primitivos. Al parecer, según investigaciones, se adaptaron al medio acuático para alimentarse de plantas acuáticas.

Los manatíes tienen una cola aplanada horizontalmente que les sirve para nadar y unas patas delanteras transformadas en aletas. No obstante, conservan unas uñas en las aletas que recuerdan a su origen terrestre y están emparentados lejanamente con los elefantes, que también son ungulados.

Por otro lado, están los delfines que son otro grupo de mamíferos marinos que evolucionaron a partir de mamíferos con pezuñas. Los delfines pertenecen al orden de los cetáceos, al igual que las ballenas. Sin embargo, se diferencian de ellas por tener un hocico alargado y dientes cónicos.

Los delfines tienen una cola aplanada verticalmente que les permite moverse con agilidad en el agua. Unas patas traseras reducidas a pequeños huesos dentro del cuerpo y son muy inteligentes como sociales. Al igual que las ballenas, se comunican mediante sonidos y gestos.

Por último, los hipopótamos son los únicos ungulados actuales que se consideran parientes cercanos de los cetáceos. Son animales semiacuáticos que pasan la mayor parte del día sumergidos en el agua para protegerse del calor y los depredadores.

Los hipopótamos tienen una piel gruesa y sin pelos. Los ojos, orejas y nariz los tienen situados en la parte superior de la cabeza. Tienen unos dientes grandes y afilados. Tienen 4 patas cortas y robustas con 4 dedos cada una que terminan en pezuñas. Su principal alimento es la hierba y otros vegetales.

En conclusión, tanto las ballenas, como los manatíes, los delfines y los hipopótamos son ejemplos de animales que evolucionaron a partir de mamíferos con pezuñas. No obstante, siguieron caminos evolutivos diferentes según el medio en el que se adaptaron. En general, todos son animales que han demostrado diversidad y complejidad en la evolución de los mamíferos.

¿Cuál es la diferencia entre un delfín y una ballena?

Aunque un delfín y una ballena son dos tipos de mamíferos marinos que pertenecen al orden de los cetáceos, tienen algunas diferencias entre ellos. Algunas de ellas son más notables que otras como:

  • El tamaño: las ballenas son mucho más grandes que los delfines. La ballena azul, por ejemplo, puede medir hasta 30 metros de longitud y pesar más de 150 toneladas, mientras que el delfín común mide unos 2,5 metros y pesa unos 80 kilogramos.
  • Los dientes: los delfines tienen dientes cónicos que usan para capturar y masticar a sus presas, como peces y calamares. Las ballenas, en cambio, tienen unas estructuras llamadas barbas o fanones que les sirven para filtrar el agua y retener el alimento, como el plancton y el krill.
  • La inteligencia: se cree que los delfines son más inteligentes que las ballenas, ya que tienen un cerebro más grande en proporción a su cuerpo y muestran comportamientos complejos, como el uso de herramientas, el aprendizaje social, la comunicación y la cooperación.
  • La forma del cuerpo: los delfines tienen un cuerpo más aerodinámico, con un hocico alargado y una aleta dorsal prominente. Las ballenas tienen un cuerpo más voluminoso, con una cabeza grande y redondeada y una aleta dorsal pequeña o ausente.

Estas son algunas de las diferencias entre un delfín y una ballena.

¿Es lo mismo interactuar con una ballena y un delfín?

Las ballenas y los delfines son mamíferos marinos que pertenecen al orden de los cetáceos. Estos animales tienen hábitos y comportamientos muy variados, según la especie, el hábitat y la época del año. 

Sin embargo, se puede decir que hay algunas diferencias generales entre interactuar con una ballena y un delfín, como las siguientes:

  • Tamaño: las ballenas son mucho más grandes que los delfines, lo que implica que tienen más fuerza y más espacio para moverse. Las ballenas pueden medir desde 3 hasta 30 metros de longitud y pesar desde 1 hasta 200 toneladas. Los delfines pueden medir desde 1 hasta 9 metros de longitud y pesar desde 40 hasta 600 kilos. Esto significa que interactuar con una ballena puede ser más impresionante, pero también más peligroso, que interactuar con un delfín.
  • Sociabilidad: los delfines son más sociables que las ballenas, lo que implica que tienen más curiosidad y más facilidad para acercarse a los humanos. Los delfines suelen formar grupos grandes y dinámicos, que pueden incluir a individuos de diferentes especies. Los delfines pueden interactuar entre sí mediante sonidos, gestos o contactos físicos. Los delfines también pueden interactuar con los humanos mediante juegos, saltos o vocalizaciones. Las ballenas suelen ser más solitarias o vivir en grupos pequeños y estables, que solo incluyen a individuos de la misma especie. Las ballenas pueden comunicarse entre sí mediante sonidos de baja frecuencia, que pueden viajar por largas distancias bajo el agua. Las ballenas suelen ser más reservadas y cautelosas con los humanos, aunque algunas especies pueden mostrar interés o tolerancia.
  • Inteligencia: los delfines son más inteligentes que las ballenas, lo que implica que tienen más capacidad para aprender, resolver problemas y adaptarse a situaciones nuevas. Los delfines tienen un cerebro grande en relación con su cuerpo, que les permite procesar información compleja y abstracta. Los delfines pueden reconocerse a sí mismos en un espejo, usar herramientas, cooperar entre ellos o con otras especies e incluso aprender lenguajes artificiales. Las ballenas también tienen un cerebro grande, pero se cree que está más relacionado con su tamaño corporal y su sistema sensorial que con su inteligencia. Las ballenas pueden tener memoria, emociones y cultura, pero no se ha demostrado que tengan las mismas habilidades cognitivas que los delfines.