Para proteger a las ballenas, se toman diversas medidas a nivel nacional e internacional. No obstante, todavía queda mucho por hacer. Algunas de las medidas que ya se realizan son:
- La prohibición de la caza comercial de ballenas: desde 1986, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) estableció una moratoria a la caza comercial de ballenas, que ha permitido la recuperación de algunas poblaciones. Sin embargo, algunos países como Japón, Noruega e Islandia siguen cazando ballenas con fines científicos o culturales, lo que pone en riesgo su conservación.
- La creación de santuarios y áreas marinas protegidas: los santuarios son zonas del océano donde se prohíbe o se restringe la caza y otras actividades que puedan afectar a las ballenas. Además, hay otras áreas marinas protegidas que brindan refugio y alimento a las ballenas.
- La regulación del tráfico marítimo y las actividades pesqueras: el tráfico marítimo y las actividades pesqueras pueden causar colisiones, enredos, ruido y contaminación que perjudican a las ballenas. Por eso, se han establecido normas y protocolos para reducir estos impactos, como limitar la velocidad de los barcos, evitar las zonas de alta concentración de ballenas, usar artes de pesca más selectivas y seguras, y recoger los desechos marinos.
- La investigación y el monitoreo de las ballenas: la investigación y el monitoreo de las ballenas son esenciales para conocer su estado, su distribución, su comportamiento y su comunicación. Para ello, se usan diferentes métodos y herramientas, como hidrófonos, etiquetas, drones o inteligencia artificial. Estos datos sirven para diseñar planes de manejo y conservación de las ballenas.
- La educación y la sensibilización sobre las ballenas: la educación y la sensibilización sobre las ballenas son fundamentales para crear una cultura de respeto y aprecio hacia estos animales. Para ello, se realizan actividades como el avistamiento responsable de ballenas, la adopción simbólica de ballenas, las campañas de información y concienciación, o la participación ciudadana en proyectos de ciencia ciudadana.
Estas son algunas de las medidas que se están tomando para proteger a las ballenas, pero se necesita más apoyo político, económico y social para garantizar su supervivencia y su bienestar. Proteger a las ballenas es proteger el océano y el clima.
Cómo se puede contribuir a la protección de las ballenas
Existen diferentes formas de contribuir a la protección de las ballenas y cada uno lo puede hacer desde su lugar. Algunas de ellas son:
- Informarse y concientizarse acerca de la importancia de las ballenas para el océano y el clima, como también sobre las amenazas que enfrentan. Se pueden leer artículos, documentales o seguir a aquellas organizaciones que se dedican a su conservación. También, se puede participar en proyectos de ciencia ciudadana.
- Existe la posibilidad de escribir cartas o firmar peticiones para pedirles a los gobiernos y empresas que tomen medidas para proteger a las ballenas y su hábitat. Se puede apoyar la moratoria de la caza comercial, la creación de santuarios y áreas marinas protegidas, la regulación del tráfico marítimo como las actividades pesqueras, o la reducción del ruido y la contaminación.
- Unirse o donar a las organizaciones que trabajan por su conservación y la de los océanos. Existen diferentes opciones, como Greenpeace, el Instituto de Conservación de Ballenas, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entre otros.
- Se puede adoptar simbólicamente una ballena. También, se puede apadrinar un proyecto de investigación o monitoreo y así se puede contribuir con los fondos para el estudio y la protección de estas especies. Al hacerlo, se recibe información sobre su estado y su comportamiento.
- El objetivo de practicar un consumo responsable y ecológico ayuda a reducir esa huella ambiental y el impacto sobre el océano. Para ello se puede empezar por reciclar, reutilizar y reducir los residuos. De esa manera se evitan que los productos plásticos o los que contengan microplásticos priorizando la elección de productos locales y de comercio justo usando energías renovables.
- Para quienes tengan la posibilidad de hacerlo, es una oportunidad de ver a las ballenas en su hábitat durante un avistamiento responsable. Para ello, se tienen que seguir las normas y los protocolos establecidos. El objetivo es no molestar ni alterarlas. Siempre respetando las distancias y los tiempos de su observación, hay que elegir aquellos operadores turísticos que cumplan con los criterios de sostenibilidad.
Estas son algunas de las formas que cualquier persona puede contribuir a la protección de las ballenas. Asimismo, existen muchas más. Lo importante es que todos comiencen a tomar conciencia de que proteger a las ballenas, no es solo por ellas, sino por el océano y el clima.
Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.