Un estudio innovador para medir la ingesta de plásticos en ballenas se realizó gracias a un análisis hecho en ejemplares de 192 ballenas azules, 67 ballenas jorobadas y 30 rorcuales comunes . Los científicos indicaron que el material contaminante puede acumularse en los tejidos del animal como grasa y entrar luego en la cadena trófica.
El mamífero más grande del mundo, la ballena azul (Balaenoptera musculus), también es el que ingiere más plástico que cualquier otro animal del planeta, según datos revelados en un nuevo estudio. Los científicos calcularon que cada ejemplar cetáceo podría estar ingiriendo hasta 43,5 kilogramos de microplásticos al día.
Los microplásticos son partículas de plástico que miden casi 5 milímetros y se originan con el desgaste natural del material producto de la acción de las olas y la radiación ultravioleta .
Los científicos han encontrado microplásticos en los estómagos o excrementos de una amplia gama de especies que habitan el mar y conforman la red alimentaria marina. Pero, aún es muy difícil evaluar la cantidad exacta de este material que ingieren las distintas especies.
Las ballenas del Pacífico y la ingesta de micro plásticos
En un reciente estudio publicado en el mes de marzo en la revista Nature Communications, los científicos partieron de modelos informáticos para generar las primeras estimaciones respecto de las cantidades de plástico consumidas por tres especies de cetáceos -ballenas azules, ballenas jorobadas y rorcuales comunes – en el corredor natural de la Corriente de California, un punto muy transitado por los cetáceos en el Pacífico oriental.
Los resultados indicaron que las que más plástico ingirieron fueron las ballenas azules . Un solo ejemplar traga hasta 10 millones de trozos de microplásticos en un día durante la temporada principal de alimentación. Un período que se extiende entre 90 y 120 días durante el verano antes de que comiencen a migrar hacia las aguas del sur para asentarse donde se asientan en el invierno.
Respecto del análisis realizado en las ballenas jorobadas , se pudo estimar que el consumo diario de microplásticos puede llegar a 200.000 al día -50 veces menos cantidad de lo que ingieren las ballenas azules- a lo largo de su época de máxima alimentación, según indicaron los científicos.
Los micro plásticos y su presencia en la cadena trófica
Las ballenas azules cuando se alimentan ,lo hacen sorbiendo grandes tragos de agua de mar para luego filtrar con sus grandes barbas la comida recolectada. La misma ,consiste fundamentalmente en krill, pequeñas criaturas similares a los camarones , junto con diminutos peces, como sardinas y anchoas.
Se estima que cada bocado podría contener hasta 85.000 litros de agua.Por ello, es de suponer que la mayor cantidad de plásticos que ingieren las ballenas provienen de esta columna de agua que ingresa a sus organismos.
A pesar de esta evidencia, los autores del estudio,indican lo contrario : tan sólo el 1% de los plásticos que ingieren los cetáceos procede directamente de este caudal de agua que filtran por la boca. El otro 99% , es el que les llega dentro de los alimentos que ingieren. Esto significa que la cantidad de comida que las ballenas ingieren tiene una conexión directa con la cantidad de plástico que acaba en su sistema digestivo.
La tecnología y su aporte para la investigación
Para la realización de estudio, se combinaron datos de seguimiento por satélite, imágenes aportadas por drones de la alimentación de los cetáceos y registros aportados por los barcos de pesca que permitieron crear un modelo aproximado de la cantidad de krill y pescado que las ballenas estaban consumiendo, lo que también pudo reflejar un estimado de las cantidades de plástico que podrían estar tragando de modo accidental.
La noticia esperanzadora para lo alarmante de la situación, radica en que “Las enzimas digestivas que poseen las ballenas en sus estómagos podrían descomponer los micro plásticos en nanoplásticos ( partículas aún más pequeñas, de entre 1 y 1.000 nanómetros de ancho) , para luego ser liberadas al medio ambiente por las ballenas de forma natural”, explicaron los especialistas.
Por, otro lado, en otro estudio de 2017 publicado por la revista Analytical Methods, los científicos revelaron que los micro plásticos podrían pasar a formar parte de la grasa de los cetáceos, de esa capa de grasa que los aísla de las frías temperaturas. Aún faltan muchos puntos por analizar e hipótesis que confirmar pero lo más importante es para los investigadores, llegar a evaluar el impacto que los micro plásticos podrían tener en los cetáceos , de cualquier especie.