El gigantesco tiburón de ballena es el ser marino de mayor envergadura en todo el planeta. Su tamaño puede alcanzar dimensiones colosales, llegando a medir hasta 12 metros de longitud y con un peso que sobrepasa las 20 toneladas. A diferencia de otros tiburones, por ser también “ballena” no es un gran depredador. Es un gigante que tiene un temperamento pacífico.
Tiene pequeños dientes, de apenas unos milímetros. Al igual que el resto de las ballenas, se alimenta de una gran cantidad de algas, plancton, crustáceos y pequeños peces.
A pesar del arduo esfuerzo -durante los últimos años y a nivel mundial- por preservar esta especie, las poblaciones de tiburones ballena se ha reducido notablemente. Por lo tanto, el gran interrogante es si se encuentra en peligro de extinción.
En peligro de extinción
El tiburón ballena es el mayor de todos los condrictios. Esta es una clase de peces cartilaginosos a la que pertenecen los tiburones. Básicamente, son criaturas migratorias y ovovivíparas. Se alimentan a través de la filtración y pueden llegar a vivir más de 100 años.
De todas las curiosidades que los rodean, el tiburón ballena, al igual que el ser humano, tiene huellas dactilares. Gracias a ciertos patrones corporales que son irrepetibles, se los puede diferenciar entre sí.
Tienen muy pocos depredadores naturales. Lo cierto es que son una especie en peligro de extinción. Su población se redujo a un 50% en los últimos 75 años. De esta manera, se estima que solo rondan entre los 7 mil y 12 mil ejemplares.
Son varias las causas por el que el tiburón ballena se encuentra en una situación de amenaza, aunque existen medidas que se pueden implementar para seguir conservando su especie.
Principales causas se deben al accionar del ser humano
La sobrepesca
Al igual que le sucede a la mayoría de las ballenas y otras especies, la principal amenaza del tiburón ballena es la pesca excesiva o sobrepesca. Aunque no representan ningún riesgo para el ser humano, son una especie que en ciertos países o regiones los asesinan indiscriminadamente por tan solo 3 mil o 4 mil dólares.
Lo cierto es que en varias partes del mundo se consume mucho su carne, ya que es considerada como una exquisitez. Asimismo, su grasa la usan para elaborar medicamentos, cosméticos y suplementos vitamínicos.
Los tiburones ballena no son animales agresivos como muchos creen. Se mueven a una velocidad que se hizo fácil su captura. Incluso, si se llegan a cruzar con una persona, no le temen ni la evitan y por ello son capturados fácilmente.
La pesca accidental
Este tipo de pesca en el más perjudicial para el medio ambiente.En múltiples situaciones, lamentablemente, los tiburones de especie ballena son atrapados y, trágicamente, perecen de manera inmediata debido a su infortunio de quedar atrapados en las complejas estructuras de mallas empleadas en la pesca de arrastre.
Colisiones con los barcos
Se estima que mueren alrededor de 20 mil ballenas atropelladas por embarcaciones de carga, barcos pesqueros y hasta cruceros. Muchas veces ni se percatan de dicha colisión y el gigante muere al instante sin dejar rastro hundiéndose en el fondo.
Existen otras causas de muerte de tiburones ballena como la contaminación y la destrucción de su hábitat y, el cambio climático que termina afectando el proceso de alimentación y desarrollo.
¿Se puede hacer algo para que el tiburón ballena no se extinga?
La respuesta es sí. Si se quiere salvar al tiburón ballena se tienen que tomar medidas. De esa manera se logrará que aumente su población de forma más rápida y eficiente. Esencialmente, se conoce que es el ser humano el mayor causante de los factores que las amenazan.
De esta manera, hay ciertas medidas que se pueden tomar para evitar que en un futuro próximo las ballenas tiburones se extingan.
- Fomentar y hacer práctica del ecoturismo sostenible.
- Generar consciencia en más personas a través de la divulgación. Se trata de información verídica sobre el estado de su conservación.
- Evitar que se sigan comprando envases de plástico desechables. También, otros productos que sean de un solo uso que no sean biodegradables.
- Concientizar acerca del reciclaje y reutilización para que haya menos desechos posibles.
- No arrojar basura al mar ni en los ríos.
- No comprar ni consumir carne que sean base de partes de tiburón ballena.
- No desechar sustancias que terminen contaminando el agua, los aceites vegetales, fertilizantes o petroquímicos.
- Contribuir con los programas de investigación. Estos favorecen a la especie, ya sea con donaciones, voluntariados o con la difusión.
Existen muchos proyectos que se dedican a salvar a los tiburones ballena. Entre ellos: Sharkbook: The Wildbook for Sharks y The Maldives Whale Shark Research Programme.
Martín Prieto comenzó su carrera en Greenpeace Argentina como Director Ejecutivo. Logró importantes avances como la sanción de la Ley de Promoción de la Energía Eólica y la Ley de Protección del Bosque Nativo. En 2012, asumió como Director Ejecutivo de Greenpeace Andino, liderando las oficinas de Argentina, Chile y Colombia hasta 2018.
En 2006, Prieto fue designado Líder de la Campaña de Ballenas por Greenpeace International, destacándose en el bloqueo de los intentos de Japón de retomar la caza comercial de ballenas junto a la Comisión Ballenera Internacional. Además, ha sido asesor de Greenpeace International, Greenpeace Mediterráneo, Greenpeace India y Greenpeace Rusia.