Gracias a la identificación de ballenas que se lleva adelante hoy día en la Patagonia argentina, se pudo llegar a una profundización inédita del mundo particular de una ballena. Al conocer su historia, su familia y descendencia, los registros nos dan un punteo de sus hábitos, migraciones y pautas de conducta a lo largo de toda una vida. Un aporte cuyo valor científico no tiene precedentes .

Desde la década de 1970, momento en que el Dr. Roger Payne descubriera que cada ballena puede ser identificada gracias a que sobre su cabeza lleva un patrón único de callosidades que la distingue de otras, la historia de su estudio científico ha tomado un giro positivo y sin precedentes. Hoy se conoce que ese patrón de callosidades permanece invariable a lo largo de toda su vida, tal como las huellas dactilares en los seres humanos. 

Partiendo de este descubrimiento que los investigadores han tomado como principal e innovadora herramienta científica, desde hace más de 50 años, se estudia a las ballenas francas australes mediante un sistema conocido como de fotoidentificación. Cada una , es objeto de una serie de tomas precisas y puntuales de sus callosidades, que año tras año, se repiten en las aguas costeras de la Península de Valdés , Argentina . Una zona que las ballenas utilizan regularmente para asentarse y dar a luz y que es su hogar durante extensas temporadas .

A lo largo del tiempo en el que se ha llevado adelante el proyecto de fotoidentificación de ballenas, se han podido develar las historias de vida particular de varios ejemplares de ballenas franco-australes. Por ejemplo, un caso fascinante es el de Antares, una ballena a la que los investigadores siguen desde 2010 . Un hecho crucial que permitió obtener información excepcional sobre su estilo de vida y características personales . De Antares se sabe que es una ballena de más de 21 años y cuando fue descubierta por el equipo científico era una ballena hembra, solitaria. A Antares se la que se acompañó a lo largo del tiempo hasta que tuvo su cría y hoy se las sigue a ambas, junto a su grupo de pertenencia con el cada año llegan a descansar a las aguas de la península de Valdés.

Los casos de Espuma y Paciencia, un hito para la comunidad científica

Otros casos particularmente interesantes y conmovedores fueron los de las ballenas Espuma y Paciencia, dos ejemplares que pudieron ser monitoreados satelitalmente a lo largo de diferentes períodos de tiempo y que resultaron ser hermanos . A esta sorpresa se le sumó otra mayor, el equipo científico descubrió, que además, eran hijos de Docksider, una ballena a la que los investigadores conocen desde hace mucho tiempo y a su grupo familiar desde hace más de 5 décadas.

Durante las operaciones realizadas en la Península de Valdés en 2022, se pudieron equipar con transmisores satelitales de última generación a 16 nuevos individuos en el Golfo Nuevo ( pcia Chubut) y a 6 en el Golfo San Matías (pcia Río Negro). Cada nueva ballena franca ingresada en registro recibió un nombre especial. Distintas piedras preciosas fueron evocadas para darles nombre y con ellas un nuevo destino : el poder ser parte de un equipo de investigación que las acompañará a lo largo de toda su vida. El registro de sus movimientos dentro de los golfos norpatagónicos y de sus viajes por los océanos brindará datos esenciales para localizar ambientes claves en el ciclo completo de la vida de la especie será explorado con el propósito de obtener información acerca de la adaptación de las ballenas al cambio climático, y a partir de ello, fomentar prácticas de preservación.

La dra Laura Faifermant, fotógrafa profesional y piloto del drone que estuvo a cargo de las fotografías que permitieron la identificación de ballenas durante las temporada 2021 en Península de Valdés, compartió su sentir en relación con su trabajo : “Poder conocer la identidad particular de cada una de estas ballenas, además del gran aporte a la información científica, nos llena de orgullo y emociona. Luego de tantos meses, largas horas y días observándolas y estudiándolas, se ha llegado a establecer tal grado de familiarización con cada una que el vínculo emocional y el compromiso por su bienestar ahora es muy profundo. Tras colocarles el dispositivo hacemos actividades de seguimiento hasta que dejan de transmitir o abandonan los golfos, situación que nos genera una gran nostalgia y anhelo hasta el momento de poder establecer un nuevo avistaje en el año entrante.” 

La Dra Faifermant explicó que conocer la historia previa de cada ballena mediante los dispositivos satelitales ,seguirá aportando información clave para conocer qué medidas serán las más apropiadas para procurar su conservación para el futuro. Por ello, apoyar y difundir estos programas de vanguardia, es darle una chance a las ballenas de poder seguir habitando los océanos del planeta por largo tiempo.