La península de Valdés, en la Patagonia Argentina, es uno de los  lugares privilegiados del hemisferio sur para el avistaje de la ballena franca austral.  Esta  área única, dueña de una belleza agreste y silenciosa sobre la franja costera  del océano Atlántico, es un enclave que suma adeptos año tras año. Hoy, te invitamos a disfrutar de  esta experiencia que perdurará por siempre.    

La Península de Valdés es famosa por ser un área cuya característica sobresaliente es la de ofrecer paisajes de belleza indómita.  Un Patrimonio Natural  de  especies  de fauna y flora únicos en su tipo en el mundo y que sólo se pueden encontrar en este punto del globo, la  agreste estepa patagónica. 

Aquí  las estrellas  absolutas  son, sin duda,  las ballenas francas australes. Hasta estas aguas frías del sur del Atlántico,   llegan cada temporada para tener a sus crías y cumplir con su ciclo reproductivo pero también, en la Península de Valdés se pueden  ver  muchos otros animales asombrosos y únicos de estas latitudes:  armadillos, zorrillos, elefantes y lobos marinos, cuy enano, delfines, cormoranes, petreles, pingüinos, orcas,  guanacos , maras y albatros . 

Pero si el objetivo central al visitar Península de Valdés,  está enfocado sólo en tener una experiencia de avistaje para conocer de cerca a las ballenas francas , entonces hay que organizar bien el calendario. Los expertos recomiendan al menos,  dedicarle dos jornadas completas a este tipo de paseos dado que el recorrido se completa con una serie amplia de actividades dentro de las que se encuentra  la excursión que se adentra en las aguas del Mar Argentino donde la belleza colosal de las  ballenas está al alcance de la mano y de la vista.  

Los senderos internos de la Reserva Natural 

Para recorrer la Península de Valdés se puede elegir entre  una serie de caminos internos de ripio que desembocan directo en las áreas donde están ubicadas las distintas atracciones de la reserva. Un haz de opciones que , una vez aquí, vale la pena recorrer con detenimiento para mejor disfrutarlas. Por ejemplo, los  distintos circuitos que llevan , unos, hacia  los  apostaderos de fauna silvestre donde se puede conocer la vida natural de  lobos marinos y otras aves silvestres. Y también, está la opción que brinda el  circuito de miradores. Los miradores, son el plan perfecto para aquellos que deseen hacer un alto en el camino, descansar mirando el mar o improvisar un picnic a la hora del almuerzo.

Las mejores opciones siempre,  son  visitar la Reserva en auto propio o en el marco de las excursiones guiadas contratadas previamente, dado que son un medio excelente para  disfrutar de la experiencia sin dejar pasar ningún detalle de cada una de las aves , animales y especies de plantas que se pueden ver en la Reserva y que son propias de esta región patagónica.

Para aquellas personas con movilidad reducida, hay operadores de turismo local que brindan una serie de salidas accesibles para recorrer la Reserva y cuentan con horarios amplios . También, desde este lugar , para los amantes del senderismo, parten dos caminos ripiados  paralelos se extienden a la península que desembocan  en escenarios agrestes inigualables.

Si se dispone de tiempo extra  también hay otros sitios de gran interés turístico cerca de la Reserva, ubicados a  unos 87 km  aproximadamente,  de Puerto Pirámides.  Al llegar a Punta Norte, se puede descubrir  una zona privilegiada para tener un encuentro cercano con elefantes y lobos marinos, dado que  este lugar es uno de los refugios naturales de estas especies en el hemisferio sur. Una zona donde se establecen para cumplir  con su  ciclo reproductivo de cada temporada  motivo por el cual es una oportunidad sin igual para apreciar a dos especies únicas del sur. 

Por otro lado, todo, en Península de Valdés,  está pensado para ofrecer al turista  un servicio de nivel superior y  garantizar una estadía tranquila y a pleno disfrute de las instalaciones e infraestructura, pensadas para que el visitante viva momentos únicos. Sin lugar a dudas, conocer este enclave chubutense  en el hemisferio Sur, es una experiencia  única  que quedará en el corazón  de quien lo visite, plasmada por siempre.