Greenpeace acompaña a un equipo experto del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) en un viaje mar adentro para medir a las ballenas francas australes que habitan las aguas del Golfo San Matías.

Los cetáceos, según indican los científicos del Instituto de Conservación de ballenas (ICB) de Buenos Aires, son los auténticos centinelas del mar. Esta particular característica, es una gran ventaja para los biólogos a la hora de averiguar los datos más relevantes que les permiten evaluar el estado de los ecosistemas marinos en los cuales se desarrolla su vida. 

Por esta razón, todos los años se llevan adelante monitoreos puntuales como el llamado “ Evaluación de la condición corporal de ballenas francas y su relación con los eventos de mortalidad de crías”. Este proyecto de invaluable trascendencia para el acopio de datos, y que ya va por su 3° edición, se lleva adelante de forma colaborativa entre el equipo de biólogos marinos e investigadores del ICB, junto a colegas de los Estados Unidos y Dinamarca. Su principal objetivo es determinar cuál es la condición corporal de las ballenas francas que viven en aguas del Golfo San Matías como área de residencia preferencial. Un sitio clave que combina tranquilidad y abundancia de alimento, y que las ballenas eligen para llevar adelante cada año su temporada de reproducción , para parir y amamantar a sus crías. 

Mediante una técnica no invasiva llamada fotogrametría, y que consiste en el análisis de fotos tomadas a las ballenas capturadas mediante drones, los científicos pueden evaluar con mucha precisión cuán flaca o gorda se encuentra una ballena. Nicolás Lewin, estudiante y asistente técnico en las tareas de captura con dron da cuenta de este momento de su trabajo : “Todos los años, al volver a los trajines del mar para fotografiar a las ballenas nos da mucha alegría y alivio volver a encontrarnos con muchas de ellas aquí. Esperamos con nuestro trabajo ser un valioso aporte para su conservación. Cada foto aporta al equipo datos clave de la situación de cada ballena , que luego en el análisis de laboratorio, darán las pautas para arribar a conclusiones sobre su estado de salud actual ”.

Datos vitales obtenidos a partir de la fotogrametría 

La información que los científicos del ICB obtienen gracias al análisis de las tomas fotográficas, les ayudan a evaluar de modo acertado algunos aspectos clave acerca de su estado de salud y explicar con mayor precisión, las posibles causas que han disparado las tasas de mortalidad entre la población de ballenas durante los últimos años.

Entre estos datos relevantes, a los biólogos marinos y expertos en conservación, les interesa conocer más acerca de cuál es la condición corporal real de las ballenas que tuvieron partos recientes, y también, la de sus crías nacidas durante la temporada . Por otro lado y sobre todo, se desea conocer cuál es el peso que las ballenas pierden luego de parir y el que van ganando sus crías. Otro dato clave a conocer, es si los individuos que sufren los ataques de las gaviotas poseen menor peso corporal promedio. 

Gracias a las tomas que es posible tomar con la ayuda invaluable de los drones sobre las ballenas y sus crías, con el paso de los días, se puede ir obteniendo información con gran valor científico que permite conocer en detalle cuál es el estado corporal de las ballenas. Al realizar el mismo tipo de estudio año tras año se puede observar la variación de la condición corporal de cada uno de los cetáceos estudiados a lo largo y entre las temporadas.Por otro lado, también es posible apreciar en las fotos , cómo maduran los patrones de callosidades – únicos como lo son las huellas dactilares – en las crías a medida que crecen y se desarrollan a lo largo de las temporadas. 

Los resultados del equipo del ICB 

La Dra. Marcela Uhart, bióloga marina de la Universidad de California explica, “La técnica de la fotogrametría fue clave para poder comparar a las ballenas francas de Península Valdés con las que habitan Sudáfrica , Nueva Zelanda y Australia. Esto ha sido muy relevante porque, las ballenas francas de Sudáfrica, durante la última década presentaron grandes dificultades para reproducirse (con intervalos superiores a tres años). Al evaluar la condición general de esas ballenas con las de Australia y la Patagonia, se puso en evidencia un importante deterioro en su salud. Por este motivo,la implementación de tecnología de vanguardia como la fotogrametría, es clave para su monitoreo permanente con el objetivo puesto en conocer su estado de salud integral y diseñar estratégias tendientes a su conservación”finalizó la experta.