Esteban Duque es de Medellín y trabaja como guía de avistamiento responsable en la región de Bahía Solano. Hace poco cumplió uno de los grandes sueños de su vida: ver de cerca a las ballenas de la Antártida.

Esteban Duque nació en Colombia y desde muy joven dedica su vida a las ballenas. Es biólogo, fotógrafo de naturaleza, divulgador científico y trabaja como guía de avistamiento responsable. Enamorado del canto de los cetáceos, su pasión por estos animales da cuenta de la magia y majestuosidad que presentan.

Una vida dedicada a las ballenas

Esteban Duque nació en Medellín, Colombia. Tiene 31 años y en sus redes sociales se presenta a sí mismo como biólogo, fotógrafo, divulgador científico y emprendedor.

Las actividades que realiza parecen muy diversas, pero todas giran sobre el mismo eje: las ballenas, la gran pasión de su vida. 

Trabaja como guía de avistamiento responsable en Viaje Conexión Ballenas, proyecto de ecoturismo que acerca a la gente a la biodiversidad y a los ecosistemas de Bahía Solano.

Como investigador, aprovecha su tarea para seguir a las ballenas y estudiarlas desde diversos ángulos. La acústica, la comunicación entre los ejemplares, los comportamientos y los movimientos migratorios son algunos de ellos.

Una conexión especial

Duque confiesa que lo que más le gusta en la vida es pasar tiempo con ballenas. Que se sensibiliza con su presencia y, en especial, con su canto.

Recuerda que escuchó una canción de ballena por primera vez cuando tenía 11 o 12 años. Confiesa que sintió muchas cosas que no entendía ni podía explicar y que se puso a llorar. Y que fue en ese preciso momento cuando nació su fascinación por estos mamíferos marinos. 

El canto de los cetáceos marcaría su vida nuevamente años más tarde. Esteban se encontraba atravesando un cuadro serio de estrés y solicitó ayuda psicológica y psiquiátrica. Los profesionales probaron con masajes, música de relajación, mantras, aromaterapia y más, todo sin éxito.

La historia cambió cuando le hicieron escuchar el canto de ballenas. El propio Duque expresa que los cetáceos le ayudaron a transformar cosas profundas de su interior y que desde entonces su vida lleva un rumbo que no se había imaginado.

Una experiencia integral

Para Duque, la fascinación va de la mano con el misterio. Él mismo reconoce que, cuanto más las conoce, menos sabe qué es lo que dicen con sus cantos.

Considera que ver ballenas es todo un arte y se refiere como un evento sagrado al hecho de salir al mar en su búsqueda. Como guía, reconoce que su trabajo forma parte de un plan integral: los biólogos expertos y los capitanes de las embarcaciones también son responsables de garantizar un avistamiento seguro y respetuoso. 

Con tanto tiempo de experiencia de observación en el mar, Duque es capaz de reconocer a kilómetros de distancia a pescadores, peces, delfines, aves y demás. Pero lo que busca con fervor es la presencia de ballenas, y esa pasión es la que busca transmitir a los ecoturistas.

Dice que, para aquellas personas que nunca vieron una ballena en su vida, el momento de mayor tensión es precisamente cuando se detecta una a la distancia y la embarcación procede a acercarse.

Y la experiencia no se limita solo al avistamiento directo: Duque trabaja con hidrófonos para que desde la superficie se escuche amplificado el canto de las ballenas.

Un viaje especial

Las ballenas jorobadas visitan las aguas del Pacífico colombiano para reproducirse y criar a sus ballenatos. Lo hacen tras recorrer miles de kilómetros provenientes de la Antártida, región en la que se alimentan.

A comienzos de este año, Esteban Duque se dio el gusto de cumplir otro sueño: viajó hacia el continente más austral del planeta y estuvo en contacto con los cetáceos de la región.

El biólogo e investigador compartió un video en sus redes sociales y se refirió a la experiencia como uno de los logros más grandes de su vida.

Con su bote inflable, navegó por las aguas gélidas de la región y pudo estar bien cerca de sus tan amadas gigantes del océano.

Expresó que considera su presencia como un regalo de la naturaleza en un acto que demuestra su pasión por los cetáceos y que también revela la importancia que estos tienen para el mundo entero.