La temporada actual del proyecto arrojó un registro sorprendente: por primera vez desde que se inició, se encontró una ballena franca austral navegando hacia el Océano Pacífico.

Siguiendo Ballenas es un proyecto que desde 2014 se encarga de monitorear a ejemplares de franca austral en el Atlántico Sudoccidental. El objetivo es obtener información sobre sus rutas migratorias y sus áreas de alimentación, entre otros aspectos. Conocer más sobre estos cetáceos y sus hábitats naturales permite a su vez desarrollar medidas para su conservación.

Las claves del proyecto

Siguiendo Ballenas nació en 2014 como parte de una propuesta de la Comisión Ballenera Internacional: la del Plan de Manejo para la Conservación de la Ballena Franca Austral del Atlántico Sudoccidental.

Surgió con el objetivo de estudiar a estos cetáceos durante sus viajes oceánicos. El registro y la obtención de datos referidos a estos mamíferos marinos se pensó a su vez para contar con información de calidad que permita desarrollar medidas de conservación.

Desde entonces, el proyecto acumula 8 temporadas de trabajo. La cantidad de ballenas monitoreadas a lo largo de los años ya es mayor a 100. Y de las mismas se conocen sus rutas migratorias y las zonas donde se alimentan, entre otras cosas.

Los transmisores

El monitoreo se lleva a cabo con tecnología de última generación. Se utilizan dispositivos de rastreo satelital que se colocan sobre los cuerpos de las ballenas garantizando su integridad. Es decir, que no afecten ni su salud ni su comportamiento habitual.

Los transmisores funcionan con una frecuencia que comparte la ubicación geográfica de las ballenas durante varias veces al día. Los datos obtenidos son analizados por los investigadores, quienes detectan si los cetáceos se están moviendo o se están alimentando, entre otros comportamientos.

Con el paso del tiempo, los transmisores se desprenden solos de los cuerpos de las ballenas. Los períodos varían según el tipo de dispositivo: los hay de corta duración (que funcionan durante unos 25 días) y los de larga (que pueden emitir señales durante más de 300).

Una nueva temporada

El 5 de diciembre de 2023, Siguiendo Ballenas informó que para la nueva temporada de monitoreo se eligió instrumentar 16 ejemplares, y que para entonces 10 madres con cría continuaban transmitiendo su posición.

También reveló uno de los hallazgos más sorprendentes de esta década: el movimiento de Atenea, la primera ballena franca austral que es registrada viajando hacia el Océano Pacífico.

El 2 de enero de este año se compartió información sobre ballenas como Gaia, Afrodita, Eos, Artemisa, Némesis, Calliope y Perséfone. Sus casos demuestran algunos de los comportamientos propios de la especie: mientras que algunos ejemplares navegaban por la cuenca oceánica, otros lo hacían sobre la plataforma continental.

Los reportes más recientes

En el reporte del 5 de febrero de este año se observa de qué manera la vida útil de los dispositivos influye en los alcances del monitoreo: se informa que, a 4 meses de iniciada la nueva temporada, apenas 5 de las ballenas seguidas continuaban transmitiendo su ubicación.

Se destacó además el caso de Artemisa, Eos y Perséfone, quienes se encontraban cerca de sí al este del archipiélago de las Islas Malvinas.

Un mes después, los 5 dispositivos se mantenían activos. Dos de las ballenas observadas, Afrodita y Calliope, estaban en la misma ubicación, motivo por el cual se deduce que se encontraban en un área de alimentación.

En cuanto a los ejemplares que estaban cerca de las Malvinas, para comienzos de marzo fueron registradas moviéndose por los mares antárticos y subantárticos.

Fin de temporada

Las últimas transmisiones de ubicaciones se obtuvieron por parte de Artemisa, Eos y Perséfone. Ya hacia el 30 de abril eran los únicos registros que se mantenían de la actual temporada.

En mayo se informó que, cerca de las ballenas de Península Valdés, se registraron 4 ejemplares instrumentados provenientes de otras latitudes: 3 de ellas de Sudáfrica y 1 de las Islas Georgias.

El 24 de julio se comunicó que los dispositivos de las 3 francas australes finalmente dejaron de transmitir. Se terminó así una nueva temporada de monitoreo, la cual duró más de 8 meses y aportó información de calidad sobre los movimientos de las ballenas, sus rutas migratorias, sus áreas de alimentación y más.