Jorge Reynolds estudió a lo largo de su trayectoria el corazón de más de 270 especies de animales. Al de las ballenas le lleva dedicados más de 40 años de trabajo. El científico cree que su conocimiento puede ser aplicado en los seres humanos.

Jorge Reynolds Pombo es un reconocido científico colombiano que dedicó gran parte de su vida al estudio de las ballenas. Ingeniero en electrónica y doctor en electrofisiología cardíaca, es famoso por sus contribuciones al conocimiento de los cetáceos. Una de sus premisas fundamentales es que conocer el corazón de los mamíferos marinos permite comprender mejor el funcionamiento del órgano humano.

Una vida al servicio de la ciencia

Jorge Reynolds Pombo nació en Bogotá, Colombia, el 22 de junio de 1936. A sus 88 años, es uno de los científicos más reconocidos de su país y goza de trascendencia a nivel internacional.

Es ingeniero en electrónica y doctor en electrofisiología cardíaca. Entre sus logros se encuentra el desarrollo de una de las versiones del marcapasos.

A lo largo de su vida, realizó numerosas expediciones tanto en Colombia como en otros países con el fin de investigar el corazón de distintos animales, ya sea terrestres o acuáticos.

Su experiencia y su propia curiosidad lo llevaron a centrarse en el estudio de las ballenas. Desde mediados de los años 80, Reynolds protagonizó numerosas expediciones con el fin de interiorizarse en el corazón de los cetáceos: en su funcionamiento, en su estructura y en la similitud que presenta con el de los humanos.

El registro de latidos

Reynolds también es famoso por las condiciones que genera para el seguimiento de las ballenas. No solo estudia su corazón para comprender su funcionamiento: también desarrolla la tecnología y los instrumentos necesarios para la tarea.

Durante años, por ejemplo, estudió a las ballenas a través de un submarino de guerra preparado especialmente para tal fin. Para esto contó con el apoyo de la Armada de Colombia.

Así logró registrar el sonido de los latidos del corazón. Lo hizo gracias a hidrófonos submarinos que grabaron el canto de las ballenas. Luego, por medio de filtros y softwares, se eliminaron el canto y otros ruidos propios del mar, dejando solo el registro buscado.

La grabación acústica de los sonidos cardíacos hizo posible la reconstrucción de una imagen mecánica que grafica cómo late el corazón de una ballena.

Por otra parte, la tecnología utilizada permitía que el registro se pueda hacer a una distancia de unos 40 kilómetros. De esta forma, se podía estudiar a los cetáceos sin molestarlos ni poner en riesgo su integridad.

Por qué la ballena y por qué el corazón

Gran parte de las expediciones en busca de ballenas se dio con ejemplares de jorobadas. Reynolds explicó que uno de los motivos se debe a la importante presencia de estos cetáceos en las aguas del Pacífico colombiano.

El científico ya contaba con experiencia en el estudio del corazón de otros animales. El de la ballena llamó su atención debido a que su anatomía es similar al del ser humano. Comprendiendo mejor el primero, por lo tanto, se podía obtener conocimiento sobre el segundo.

Pero también hay otro motivo: el corazón de la ballena es el más grande que ha existido. Al respecto, el propio Reynolds menciona a la azul, cuyo corazón puede pesar hasta 2 toneladas y bombear 1000 litros de sangre en cada contracción.

La importancia de la comunicación

Si bien centró su trabajo en Colombia, Reynolds colaboró en numerosas ocasiones con profesionales de distintos lugares del mundo. En 2002, por ejemplo, fue parte de una investigación que reunió a investigadores de su país y de Argentina.

También está acostumbrado a trabajar con equipos interdisciplinarios. Uno de ellos es el grupo Seguimiento del Corazón Vía Satélite (SCVS).

Reynolds trabaja con profesionales experimentados y con estudiantes de distintas universidades. Sus grupos los integran biólogos, médicos, ingenieros electrónicos, diseñadores, ingenieros oceanográficos, comunicadores y demás.

El científico reconoce el aporte de cada disciplina, pero destaca una en particular: la de los comunicadores. Una de las premisas que atravesó toda su trayectoria es que todo proyecto de investigación encuentra su razón de ser en la divulgación.

Según el experto, la información obtenida con los estudios debe llegar y ser comprendida por todas las personas. Es una forma de transmitir el conocimiento y generar más conciencia en la población. También es fundamental para que las investigaciones científicas puedan obtener los fondos apropiados.