El peso de la ballena azul equivale al de 2.000 personas. Por ello, es el animal de mayor tamaño que ha existido. Asimismo, no es extraño que este tipo de cetáceo sea la especie que más se ha perseguido para capturar en tantos años. Por su tamaño corporal y aún más, por su rendimiento económico a partir de la caza ballenera.

Vale recordar que todo comenzó a mediados del siglo XIX con las primeras capturas en el norte de Noruega. Con el tiempo, la situación se extendió a otras áreas marinas y tras décadas se reconoce que se capturaron más de 15.000 en el Atlántico norte.

  • Un dato revelador acerca de su caza comercial

Ya a comienzo del siglo XX esta especie de poblaciones de ballena azul fue sustituida por un objetivo comercial de parte de los barcos balleneros. Esto ha sido la conclusión de una investigación realizada por los expertos Àlex Aguilar y Assumpció Borrell, de la Facultad de Biología y el Instituto de Investigación de Biodiversidad.

La información disponible arrojó que la captura de la ballena azul continuó hasta 1979 a pesar de que se había comenzado con la protección en 1954.

Sobre la ballena azul: el mayor cetáceo

La ballena azul es el animal mayor de los cetáceos. Puede superar los 30 metros y las 190 toneladas. Pertenecen al grupo de los misticetos, que son ballenas con barbas. Migran a grandes distancias y en general se nutren de krill y peces pequeños.

Están catalogadas como una especie “amenazada” y se encuentra dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza. Durante años se ocultó información o se falseaba escondiendo casi la mitad de las capturas que realizaban. Así lo explicó Àlex Aguilar, jefe del Grupo de Investigación Consolidado de Grandes Vertebrados Marinos de la UB.

Una especie rara: La última ballena azul que se pescó

En 55 años, existen datos que indican que se hicieron 61 capturas de ballenas azules. Sin embargo, la mitad de ellas nunca fueron declaradas. No está claro ni se puede descartar que el número real es superior al estimado.

La ballena azul, desde 1921 se identifica como una especie rara y por ello la explotación se centró desde un comienzo en el rorcual común que es una ballena más pequeña, pero mucho más abundante. Asimismo, desde ese entonces, cuando los arponeros pescaban, si aparecía una ballena azul también lo hacían.

Incluso, como un dato nada menor, la última ballena azul que se pescó en el mundo se capturó en el año 1979 y fue precisamente en aguas de Galicia. Lo hizo una empresa española llamada Industria Ballenera S. A.

De la explotación a la ser ejemplares inmaduros capturados

La mayoría de estas especies era inferior a la de los ejemplares de latitudes más altas. Según indicaron los autores de un estudio: “Estos datos indicarían una estratificación geográfica de la población, con una mayor proporción de ejemplares inmaduros en las aguas templadas y la población adulta desplazada hacia latitudes más elevadas y aguas más frías”.

De esta manera se pasó de la explotación a gran escala a una captura sostenible. En el siglo XX existieron dos periodos en cuanto a la pesca en las costas atlánticas que se diferenciaron. La pesca comenzó a realizarse en mayor escala. Esto incluye numerosos barcos, terrestres y flotantes. El resultado de esa realidad comenzó a ser insostenible y así es como comenzó a reducirse notablemente la población de la ballena azul.

Ya en 1985 la explotación fue más moderada con un numero modesto de barcos cazadores. Más allá de que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) reguló la protección de esta especie, las capturas continuaron en España. Las operaciones que se comenzaron a realizar eran plenamente sostenibles.

La moratoria acerca de la captura comercial entró en vigor en 1986 y fue aceptada por España poniendo punto final a seis décadas de una intensa explotación. De igual manera, expertos aseguran que el factor más determinante en la recuperación de esta especie ha sido y sigue siendo su protección.

Al principio fue muy lento, pero en la última década y media el aumento de la población de la ballena azul ya es visible al menos en las aguas de Galicia. En la actualidad, la pesca ha dejado de ser el problema mayor de la conservación de estas ballenas. No obstante, vale recordar que tanto en Noruega, Japón, Islandia, Estados Unidos o Rusia todavía se explotan estos individuos.

La caza comercial de las ballenas azules ha dejado una gran huella histórica en muchos países.